Si tirar una colilla de cigarro en un contenedor fuera mucho más divertido que hacerlo en el piso, ¿esto seguiría siendo un problema de contaminación? Probablemente no, por eso, un grupo de publicistas crearon Fumo, un cenicero que tiene mucho potencial.
El concepto de Fumo es muy simple e incluso podría ser visto como algo “bobo”, pero parece ser funcional. Este desarrollo de la agencia holandesa Ioglo es la encargada de este producto que, de ser aceptado, podría ser distribuido en diferentes puntos de las ciudades.
El truco en Fumo es que las personas no saben qué va a pasar cuando depositen su colilla. Puede que el cenicero emita un sonido de despegue, una canción funky, un coro de iglesia e incluso el famoso “¡D’oh!” de Homero Simpson. Esto se combina con 56 luces LED que parpadean sin control.
Para atraer a las personas, Fumo comienza a iluminarse desde el momento que se aproxima una persona a él; además, este producto podría ser personalizado para emitir sonidos acorde a una fecha próxima o a la región donde sea colocado.
Este tipo de ideas son muy llamativas y, al ofrecer una especie de recompensa, pueden incentivar satisfactoriamente a que las personas dejen de tirar las colillas de cigarro en cualquier lugar. Esto, al menos, podría reducir este fenómeno que genera una gran cantidad de basura en cualquier lugar del mundo, pues el cigarro es un hábito presente en muchos lugares del planeta.
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