Ya han pasado muchos años desde la aparición del formato MP3, el cual, aunque muchos digan lo contrario, revolucionó para siempre la manera en que escuchamos y consumimos música. Sin embargo, esta semana se dio a conocer una noticia que realmente llamó la atención, pues habla sobre la desaparición definitiva de los archivos en MP3, un formato de audio en baja y mediana calidad que ha sido del consumo de millones y millones de usuarios.
En la actualidad, conocemos diversas plataformas digitales que permiten a los usuarios comprar la música que quieran, ya sea en formato WAV, AIFF o AAC. Servicios como iTunes, Google Play Music o Spotify son de los pocos que ofrecen música no comprimida con casi 100 por ciento de fidelidad a los fonogramas.
No obstante, las plataformas digitales aún permiten descargar álbumes en MP3, que requieren hasta 10 veces menos espacio en disco duro, pero la calidad es considerablemente menor. Hay que reconocer que el recién fallecido formato nos dotó de muchísimos años de felicidad a través de dispositivos como iPod, Discman, radios u otros equipos de reproducción móvil.
La noticia causó mucha conmoción, pero debemos aceptar que los servicios de streaming poco a poco han ido terminando con dicha tecnología, pues ya son pocas las personas que descargan sus archivos en formato MP3. Por tales motivos, el Fraunhofer Institute, dueño de la mayoría de las licencias de la mayoría de las patentes para crear o decodificar archivos MP3, decidió que sería una magnífica idea dejar de distribuirlas, sentenciando al formato a su muerte.
Al respecto, el instituto argumentó lo siguiente:
“El MP3 sigue siendo popular entre los consumidores. Sin embargo, plataformas de mayor vanguardia como el streaming o la TV y la radio usan códecs más modernos como el AAC, los cuales entregan mejor calidad de audio a menor bitrate que el MP3.”
Por supuesto, no hay que dejarnos llevar por el brutalismo que supone la noticia, es decir… sí, el instituto alemán creador del formato ya no tramitará más licencias de uso, pero eso no significará que los usuarios no puedan seguir beneficiándose del MP3 o gozando de sus títulos favoritos a través de él. Lo único que sí sucederá es el hecho de que en el mercado ya no podremos ver nuevos reproductores o software con la licencia para dar un uso al formato.
A 24 años de existencia, esta noticia implica un gran cambio para el consumo musical, pero lo bueno es que los servicios streaming tienen gran apertura, facilidad y accesibilidad para reproducir nuestros contenidos con mayor calidad y menor espacio. Finalmente, pocos formatos han cambiado por completo la manera en que disfrutamos de la música, así que quizá a muchos usuarios les cueste desapegarse del MP3, por lo que siempre habrán formas para seguir utilizándolo.
Referencia: Fraunhofer