Es claro que en muchas situaciones, el negocio no es vender un dispositivo, sino los insumos que éste necesita. Esto pasa con frecuencia en el mundo moderno. De hecho, cuando la gente tomada fotografías y llevaba a revelar sus fotos, el costo finalmente estaba en este paso final. En cámaras caseras y para toda cuestión no profesional, Kodak y otros fabricantes de la época, bien podrían haber regalado las cámaras, pues el negocio era la impresión de fotos. Es más, por un tiempo en esta industria quiso revivir el asunto del revelado e impresión de fotografías indicando que una fotografía no impresa podría perderse en el disco compacto o la memoria flash. Sin embargo, la iniciativa no prosperó. La tendencia digital no se detiene más.
Con las impresoras pasa esto mismo: uno se compra un de estos artefactos y cada cierto tiempo habrá que comprarle los cartuchos de tinta. Muchos, en un afán de ahorrar, tratan de rellenar los cartuchos de tinta y los fabricantes, en un afán de que esto no ocurra, crean mecanismos para que le cartucho se vuelva inservible al rellenado o bien, imprima con poca calidad.
Pues bien, de nuevo esto está empezando a pasar con las novedosas impresoras 3D caseras. Un kilogramo de la tira plástica para imprimir imágenes 3D puede costar unos 50 dólares (en Estados Unidos). Sin embargo, hay unas pequeñas burbujas de plástico que pueden costar una décima de este valor por ese mismo kilogramo. A más de uno se le habrá ocurrido ver cómo usar estas pequeñas burbujas plásticas para ser usadas en estas nuevas impresoras.
Por años el consenso es que no había más remedio que usar las tiras plásticas. El tener que lidiar con ciertas temperaturas y presiones, así como la tolerancia a las mismas en las máquinas caseras, hacía imposible sustituir las tiras por las burbujas de plástico. Sin embargo, a alguien se le ha ocurrido una solución, a la que ha llamado FilaBot (por lo de filamento y quizás por MakerBot, una de las primeras empresas en vender impresoras 3D caseras).
El Filabot es un sistema para crear tiras de plástico para las impresoras 3D. Este sistema puede procesar botellas de leche, de refresco, otros tipos de plástico, para crear un nuevo filamento para la impresión tridimensional. Esta idea es muy novedosa porque reduce significativamente los costos de los insumos de los dispositivos tan posmodernos como una impresora 3D.
El sistema está en su primer prototipo, sin embargo. Puede hacer 8 pies de filamento usando una botella de leche y otra de detergente (de plástico ambas, se sobreentiende). Es un proyecto que busca fondos a través de Kickstarter. Los creadores del mismo piensan que a fin de año tendrán un prototipo que bien podría ser ya comercial. Habrá que ver, pero en el mientras, hay que considerar esto como la alternativa si se quiere hacer de una impresora 3D y no morir en el intento cuando los insumos hagan invíable los costos, claro, dependiendo qué tanto se va a imprimir.
Referencias: