Un 3 de diciembre de 1984, Dragon Ball publicó su primer manga en las páginas de la revista Shonen Jump, pero no fue sino hasta el 26 de febrero de 1986 cuando se emitió el primer capítulo de la serie en la televisión de Japón en el canal Fuji TV.
La caricatura contó con 2 fases oficiales creadas por su autor, Akira Toriyama, Dragon Ball y Dragon Ball Z, y una especie de spin off llamado Dragon Ball GT, lo que generó un total de 508 episodios. De hecho, fue tal el ánimo de los fans por una continuación, que sus creadores decidieron producirla y fue así como el año pasado se comenzó a emitir Dragon Ball Super.
En la historia de la saga de Dragon Ball, se vendieron solamente, en Japón, 156 millones de copias del manga de la serie y 230 millones a nivel mundial. Las adaptaciones a la televisión también consiguieron un éxito impresionante. Por ejemplo, en 1999, uno de sus capítulos logró un récord de audiencia en la cadena Cartoon Network, con 1.7 millones de teleespectadores.
También es importante mencionar que existen más de de 15 cintas animadas ambientadas en los elementos y acontecimientos relatados en Dragon Ball. No obstante, la mayoría no está considerada como parte oficial de la serie, ya que Toriyama no fue el responsable de sus argumentos, con excepción de La Batalla de los Dioses y La Resurrección de Freezer, lanzadas en 2013 y 2015, respectivamente.
Revistas provenientes de todos lados del mundo, pequeñas figuras de juguete, videojuegos, cassettes grabados con varias canciones emblemáticas, álbumes de estampas e incluso kilogramos de fotocopias con el arte en blanco y negro fueron parte de nuestra afición por la serie.
Recuerdo que estaba viendo caricaturas como siempre cuando vi el primer capitulo sin previo aviso. Me pareció muy divertido, la explicación de las esferas, un niño levantando un auto, un bastón mágico que se alargaba solo y especialmente ver a Bulma mientras le ganaban las ganas de ir al baño; poco me imaginaba yo de lo importante que iba a ser en el futuro o mis recuerdos.
Probablemente el éxito de Dragon Ball radica en su humor, su sencillez, el carisma de los personajes, las peleas.
Siempre me gustó que no fingiera ser profunda con llantos en cada capítulo, que no tuviera triángulos amorosos cliches y que no mostrara enormes matanzas llenas de sangre para verse llamativa. Solo a un niño que, a pesar de la muerte de su abuelo, estar solo y su falta de educación, siempre era alegre, optimista y deseaba ser el mejor y no para probar algo a los demás, ni por venganza ni ninguna de esas cosas tan populares actualmente, sino simplemente porque eso le gustaba y era su forma de ser.
Además, estar con mis hermanos viendo la serie, en completa paz, eran momentos mágicos y llenos de alegría, al igual que llegar un día siguiente a la escuela para comentar el capítulo del día anterior y de lo divertido que había sido.
Al final, creo que Dragon Ball marcó la infancia de muchos de nosotros de diferentes maneras, pero creo que la mayoría siempre la recordaremos con mucho cariño, además de que pudimos aprender muchas cosas de ella, como los beneficios del trabajo en equipo y cómo es que nunca hay que rendirse por alcanzar nuestros sueños.
¡Felices 30 años de vida, Dragon Ball!