El pasado 20 de abril, falleció Tim Bergling, conocido popularmente como Avicii en la ciudad de Mascat, Oman, un país que colinda con los Emiratos Árabes Unidos. El representante del músico fue quien dio a conocer la noticia, mencionando que Avicii fue encontrado sin vida, un suceso que dejó a la familia devastada, por lo que se había decidido no mencionar más declaraciones al respecto.
Sin embargo, a través de un comunicado emitido por los familiares del DJ sueco, se deja entrever que la causa de la muerte del músico fue un suicidio.
«Nuestro Tim era un artista frágil, explorador, buscando respuesta a preguntas existenciales. Un perfeccionista que trabajó muy duro y viajó a un ritmo que le generó estrés extremo. Cuando dejó de hacer giras, quería encontrar balance en la vida para ser feliz y al mismo tiempo hacer lo que más amaba: la música. Realmente luchó con pensamientos sobre el significado de la vida y la felicidad. No pudo más. Quería encontrar paz.»
Además, los familiares dieron a entender que Tim, a pesar de ser talentoso, no se encontraba listo para generar dinero en proporciones bíblicas; era un artista sensible que amaba tener fans, pero que se sentía intimidado por ser el centro de atención.
Esta noticia refuta a la premisa que todos creían respecto a su muerte, la cual señalaba que el músico padecía problemas de salud debido a la pancreatitis aguda ocasionada por el consumo de alcohol excesivo.
El músico falleció a sus 28 años y recordamos su talento por haber experimentado con nuevas tecnologías para producir su arte. De hecho, fue uno de los primeros en grabar en 360 grados, además de que era uno de los artistas más escuchados en Spotify en relación al género de música electrónica. Y cómo olvidar, por supuesto, las grandes de dosis de felicidad al escuchar su música en cualquier lugar y momento.
Descansa en paz, Tim.