Una vez que la red social más grande decidió volverse pública en la bolsa de valores, todos pensamos que la inversión sería una apuesta segura. Sin embargo, grandes cúmulos de inversionistas están comenzando a acusar a Facebook de haber omitido información sobre el bache económico en que la compañía se encontraba al lanzar su oferta pública inicial (IPO, por sus siglas en inglés). ¿Qué consecuencias tendrá esto para Facebook en Wall Street?
Todo empezó cuando el revuelo por el lanzamiento de la IPO de la gran red social fue anunciada. Para muchos inversionistas esto significó una bonanza y una gran oportunidad para apostarle a lo seguro. El problema llegó cuando un artículo de Reuters sugirió que en su declaración pública, esta compañía se abstuvo de informar sobre el descenso de las ganancias de la compañía al momento de integrarse a la bolsa de valores.
De acuerdo con la sección 11 del Acto de Seguridad de 1933, cualquier persona que tenga posesion de una acción de alguna compañía, tiene la capacidad de demandar a dicha compañía por omisión de datos en su IPO. Los tres principales impulsores de esta demanda son los grandes banqueros JPMorgan Chase, Goldman Sachs, y Morgan Stanley; todas estas firmas financieras cuentan con más de 150 años de experiencia en la bolsa de valores.
Facebook, al obtener muchas de sus ganancias por la publicidad desplegada en su sitio, empezó a descender estrepitosamente hacia un bache económico debido a que la gente prefiere usar esta red social desde sus dispositivos móviles en las que la publicidad —y sus ganancias— se encuentran ausentes.
Esta serie de demandas legales contra la compañía de Mark Zuckerberg podría generar pérdidas de miles de millones de dólares y la eventual división y venta de la compañía a diferentes conglomerados financieros.
Para los neófitos en el asunto de Wall Street, he aquí una breve explicación del asunto: Uno compra cientos de acciones de una compañía que promete el doble o el triple de ganancias debido a su éxito en el mercado. El comprador busca información que pueda disuadirlo de dicha compra y se da cuenta que todo se encuentra bien. Al final, resulta que la compañía que vendió sus acciones omitió datos que podrían afectar directamente la inversión de este comprador. Entre estas omisiones se encuentra la pequeña posibilidad de generar ganancias en dispositivos móviles, y el bache financiero en el que se encontraba la compañía a la hora de lanzar su IPO. Esto hace enojar al comprador y éste decide tomar acciones legales contra la compañía que le escondió datos que, de haber sido revelados en su momento, hubieran hecho que la responsabilidad residiera en el comprador y no en la compañía.
¿La compañía podrá salir de este fiasco financiero o tendrá que verse víctima de la voracidad de los inversionistas de Wall Street? Mark Zuckerberg y sus analistas pensaron que sería una buena idea volver público a Facebook, mientras este atravesaba una crisis económica intensa. No obstante, parece que sólo una persona es responsable por todo este malentendido bancario: el fundador de Facebook y nadie más.
Referencias: Reuters, NYT y unocero.com