Por años se ha buscado la seguridad de las armas. Problemas con niños, con quienes toman un arma y de pronto se dispara una bala de manera accidental son relativamente frecuentes. La misma milicia busca que por ejemplo, si uno de sus combatientes pierde sus armas ante el enemigo, éste no pueda usarlas. Por ello se trabaja en el campo de la seguridad en el armamento.
La compañía Safety First Arms busca resolver esta problemática introduciendo un arma que tiene una serie de botones que son lo más parecido a una clave de combinación. Si ésta no se introduce adecuadamente, la pistola simplemente no funciona. Este mecanismo tiene una alarma antirrobos para prevenir el uso no autorizado.
Las armas inteligentes buscan poder prevenir un uso no autorizado y también que ocurran accidentes trágicos pero que al mismo tiempo estén disponibles para quienes deben poder usarlas. En algunos casos se ha probado usar huellas digitales u otros mecanismos biométricos para activar las armas, mientras que otros esquemas usan anillos de radio frecuencia RFID, relojes o bandas que se colocan en la muñeca del que puede usar el arma. Lo que termina pasando es que todo esto tiene sus ventajas y desventajas.
“El problema es que muchos diseños simplemente no son prácticos”, dice Brian Weinberg, cofundador e ingeniero de Safety First Arms.
“Los lectores de huellas digitales no son muy precisos y por lo tanto no son confiables en situaciones del mundo real en donde las personas pueden usar incluso guantes o tener las manos mojadas, con crema o sucias. Y los esquemas con RFID y relojes no son lo suficientemente prácticos para la mayoría de las personas y no protegen contra el robo o el violar el esquema de seguridad con relativa facilidad”, indica.
Actualmente la empresa tiene el prototipo, Smart 2, que consiste en una pistola 9 mm o un rifle AR-15. De acuerdo a la compañía, se han diseñado para que no se pueda violar el esquema d de protección y que el arma pueda dejarse cargada y lista para usarse, en el cajón del buró sin que exista el peligro de robo o mal uso.
Smart 2 trabaja con un pequeño número de botones numerados, como los que se pueden encontrar en las cajas de seguridad de los hoteles o bien en los cajeros automáticos. Una clave de entre tres y cinco teclas le quita el candado al arma por un segundo, mientras que una segunda medida de seguridad, en la parte posterior de la empuñadura hay un pestillo que si no está oprimido, vuelve a cerrar automáticamente la pistola en un tercio de un segundo. De manera que si se le roba la pistola o se forcejea con el dueño de la misma, el arma se vuelve absolutamente inútil.
La medida contra robos de la Smart2 va junto con un detector de movimiento y un monitor del teclado. Si el arma se mueve después de un número de segundos, suena una alarma si es que no se teclea la clave que libera su uso.
Además, incorpora un modo de no protección por 12 horas para hacer que el arma sea como cualquier otra convencional por un tiempo limitado. Y para mayor protección, el arma no puede accederse de forma inalámbrica y tiene una batería de larga duración que advierte cuando debe cambiarse la pila.
Safety First dice que la Smart2 estará disponible en un par de años y aunque la empresa apenas tiene un prototipo 3D funcional, ya ha asegurado un millón de dólares en órdenes que vienen desde dos tiendas de armas en Estados Unidos. El precio estimado es de unos 1,295 dólares.
Referencias: Safety First Arms