Varios astrónomos descubrieron un agujero negro supermasivo casi desnudo que emergió de una galaxia que se adentró en otra más grande y que ahora se aleja a una velocidad de más de dos mil kilómetros por segundo.
El descubrimiento, hecho por el observatorio Very Long Baseline Array de la National Science Foundation, fue parte de un programa para detectar agujeros negros supermasivos que no se encuentran en el centro de sus correspondientes galaxias.
A pesar de que la mayoría de estos agujeros negros están en el centro de las galaxias, un objeto llamado B3 1715+425 parece haber roto con ese patrón.
Al parecer ésta se encontraba en un racimo de galaxias llamado ZwCl 8193 y es un agujero negro supermasivo que está en una galaxia inesperadamente pequeña y débil. El objeto está dejando una estela de gas ionizado a medida que se aleja del núcleo de una galaxia mucho más grande.
Los astrónomos comenzaron su búsqueda usando el observatorio para obtener imágenes de muy alta resolución de más de 1,200 galaxias, previamente identificadas por grandes estudios celestes hechos con infrarrojos y radiotelescopios.
Los científicos concluyeron que B3 1715+425 es lo que ha quedado de una galaxia que pasó a través de la galaxia más grande y fue despojada de la mayoría de sus estrellas y gas arrancado por el encuentro: un agujero negro supermasivo casi desnudo.
De acuerdo con los investigadores, es probable que el agujero negro continúe perdiendo masa y detendrá con ello la formación de nuevas estrellas, además de que en mil millones de años, más o menos, quizá se vuelva totalmente invisible.