Parece que la guerra tecnológica y comercial ya no dará marcha atrás, pues después del veto que ha impuesto Estados Unidos a Huawei, el gobierno chino ha mencionado que habrá represalias por eso, sin embargo, parece que Estados Unidos no se va a quedar con los brazos cruzados, pues ya ha vuelto a “atacar” a una empresa china, y una de las más importantes en el mundo en lo que respecta a tecnología.
Hablamos de DJI, la firma china que es popular por la creación de drones, y la cual ahora ha sido acusada de que sus drones no son seguros, que espían y roban datos.
Afortunadamente para DJI, los Estados Unidos no los han vetado ni incluido en la lista negra o “Entity List”, pero ya lanzaron la primer advertencia, y fue justo así como hace algunos meses comenzaron las acusaciones contra Huawei que derivaron en el veto de hace unos días.
Otra vez Estados Unidos acusando sin prueba alguna
Como ya se hizo costumbre en el gobierno norteamericano, las acusaciones no han sido fundamentadas con pruebas, de hecho, al día de hoy seguimos esperando a que se muestre alguna prueba que demuestre el supuesto espionaje de Huawei, pero no, al parecer no las hay.
Según el departamento de Seguridad Nacional, los drones de DJI tienen componentes que pueden comprometer tus datos y compartir la información obtenida con un servidor externo. Además, se menciona que un tercero podría robar nuestros datos si el dron retransmite los datos sin cifrar.
Pero eso no es todo, pues también se añadió que un dron de DJI podría poner en riesgo a toda una red si un atacante entra a través de este aparato.
Si nos ponemos a pensar, cualquier aparato electrónico con una conexión a Internet podría ser hackeado, comprometer tus datos y poner en riesgo toda una red, y eso lo hemos visto miles de veces en diversos ataques, por lo que prácticamente los Estados Unidos están diciendo que los drones de DJI son tan vulnerables como podría serlo cualquier otro dispositivo electrónico, como por ejemplo, un iPhone o un Samsung Galaxy.
Por su parte, DJI ha mencionado su tecnología ha sido verificada por el propio gobierno estadounidense y empresas del país, y que sus productos son seguros y están en constante análisis para corregir cualquier brecha de seguridad, por lo que no representan ningún tipo de riesgo para la seguridad nacional de ningún país.