Desde hace un tiempo, ya se les ha estado dando su dispositivo a los estudiantes, pero hay un detalle importante que al parecer el distrito no consideró: varios niños ya encontraron la forma de hackear el sistema de seguridad de los iPads que les fueron otorgados.
Como se supone que los iPads son únicamente para aprender y reforzar lo que los alumnos están viendo en clase, a cada dispositivo se le instalaron controles de seguridad. Esto tenía el fin de evitar que los niños usaran el iPad para comprar apps que te roban el tiempo y vagar por Internet en sitios como Twitter, 9GAG y YouTube.
Pocas semanas después de que se les dieran sus iPads a los estudiantes de la Theodore Roosevelt High School, Los Angeles Times reportó que los alumnos descubrieron que lo único que había que hacer para poder acceder a Internet era borrar su información personal del iPad. Esto sucedió porque aunque se les permitía llevarse los dispositivos de Apple a su casa, en realidad no podían hacer nada con ellos más que tarea y pendientes escolares, cosas que un estudiante cualquiera generalmente evita a toda costa.
Ahora se habla de que el distrito escolar detendrá la distribución de los iPads hasta que se les instalen sistemas de seguridad más avanzados, pero parece que al hacer eso, aquellos que llevan el programa no entienden que aún con un bloqueo poderoso, habrán estudiantes que encuentren la manera de burlar el sistema y usar su iPad como les de la gana. Muchos adultos piensan saber mucho de tecnología, pero la verdad es que los niños que crecieron a la par de todos estos dispositivos saben al respecto como por inercia.
La mentalidad de querer limitar el uso de un iPad puede resultar cuestionable, pues es un poco como cuando en “clase de computación”, la maestra esperaba que los alumnos no supiéramos que con cambiar nuestro IP de México por uno de Suecia o con simplemente usar “https://”, podíamos entrar prácticamente al sitio que fuera. Tal vez la solución no está en limitar el uso de la tecnología, sino en aprender (y esto va tanto para maestros como para alumnos) a usarla con responsabilidad.
Referencia: Los Angeles Times