Investigadores de la Universidad británica de Warwick y de York (Canadá), han desarrollado un método que permite ‘programar’ cualquier mensaje traducido a un código binario en las moléculas volátiles de alcohol etílico.

Se trata de la primera vez que se comprueba la posibilidad de establecer comunicación a nivel molecular. En particular, los científicos han retransmitido las primeras palabras del himno nacional de Canadá “O, Canada” a una distancia de cuatro metros en su laboratorio.

El receptor, responsable de descifrar mensajes moleculares, ha sido creado a partir de dispositivos electrónicos disponibles para todos, cuyo costo es, aproximadamente, de cien dólares. Los transmisores eran en realidad aerosoles a base del alcohol, que contienen unos y ceros propios del lenguaje binario.

A grandes rasgos la comunicación molecular consiste en enviar mensajes utilizando una “señal” química por el aire (en este caso el alcohol del vodka), con la ayuda de un ventilador para propulsar los compuestos. Al llegar a su destino el receptor la demodula midiendo las variaciones de concentración de moléculas. Esto permite enviar mensajes en entornos donde la comunicación wireless sea imposible, o bien queramos impedir que se intercepte nuestro mensaje por los medios tradicionales.

Creemos que hemos enviado el primer mensaje de texto en el mundo transmitido en su totalidad con comunicación molecular, controlando los niveles de concentración de las moléculas de alcohol para codificar el alfabeto, con un aerosol representando los bits y sin aerosol para representar los bit de cero“, dice el estudiante de la Universidad York, Nariman Farsad, autor del experimento.

Según los investigadores, las señales químicas pueden ofrecer una manera más eficiente para la transmisión de datos dentro de túneles, tuberías o estructuras subterráneas profundas. “Por ejemplo, la reciente obstrucción masiva en el sistema de alcantarillado de Londres podría haber sido detectada antes de enviar robots equipados con un sistema de comunicación molecular en vez de hacer pasar las dificultades a los trabajadores”, expresó el profesor Andrew Eckford de la Universidad de York.

Referencia: PLoS ONE