El Premio Abel es uno de los más prestigiosos en el campo de las matemáticas, y este año se ha otorgado a Endre Szemerédi, un matemático puro que ha dado con una serie de resultados que han sido muy importantes para la ciencia de la computación. La Academia Noruega de las Ciencias estableció el Premio Abel en 2003, que incluye en metálico alrededor de 1 millón de dólares.
El matemático se hizo acreedor al reconocimiento por “su contribución fundamental a las matemáticas discretas y a la teoría de la ciencia de la computación. Se hace así un reconocimiento al impacto de sus contribuciones en la teoría de números aditiva y a la teoría ergódica”.
De acuerdo con Nils Stenseth, presidente de la Academia, el trabajo de Szemerédi “da algunas bases para el desarrollo completo de la informática y la internet, pues mostró cómo la teoría de números puede ser usada para organizar grandes cantidades de información de un modo eficiente”.
Szemerédi y sus colaboradores húngaros, Miklos Ajtai y Janós Komlós, descubrieron una red ordenada óptima para el proceso en paralelo en 1983, pero él es conocido por un teorema, probado en 1975, que establece la presencia de progresiones arbitrariamente largas en cualquier número de enteros que no tengan densidad límite cero, es decir, que si se toma un conjunto infinito de enteros que tienen una suficiente diversidad, se pueden encontrar corridas de progresiones aritméticas de cualquier tamaño.
Esto no había sido resuelto desde que en 1936 lo plantearan los matemáticos Paul Turán y el infaltable genio Paul Erdös.
Con parte de la prueba, también el galardonado dio una herramienta, conocida como el Lema de regularidad de Szemerédi, que permite entender mejor las enormes teorías de grafos o redes. Este lema dice que para cada gráfica que puede ser particionada en más o menos partes iguales, las conexiones entre las partes son esencialmente pseudoaleatorias. El lema también ha ayudado a entender la idea de la inteligencia artificial, conocida como la enseñanza “probable y aproximadamente correcta” (PAC por sus siglas en inglés).
Szemerédi ha trabajado en el Instituto de Matemáticas Alfred Réyni, en Budapest, y en la Universidad Rutgers, y ha publicado más de 200 páginas en una carrera que ya lleva 5 décadas. A la edad de 71 años, continúa activo en su trabajo de investigación, y de acuerdo a sus colegas, no se ven signos de que ésto vaya a disminuír.
En su prólogo del libro An Irregular Mind: Szemerédi is 70, un volumen de la Sociedad Matemática Bolyai, Imre Bárány y Jozsef Solymosi dicen: “Szemerédi tiene una ‘mente irregular’. Su mente está ‘alambrada’ de una forma distinta a la de la mayoría de los otros matemáticos. Muchos de nosotros admiramos su manera única de pensar, su extraordinaria visión.
Sus coautores frecuentemente mencionan que Szemerédi ve las cosas de forma inusual y que es capaz de ver la estructura escondida o de construír una de la más ligera brisa de aire. Su insistencia de que tal estructura puede funcionar, ha probado ser decisiva.
Sin embargo, el campo de trabajo de Szemerédi es la teoría de números, la combinatoria y la computación. Su influencia en otros campos de las matemáticas, la teoría ergódica y el análisis, por ejemplo, es notable. Este volumen, publicado en 2010, a los 70 años de Szemerédi, es una colección de sus investigaciones con contribuciones de sus colegas y amigos. Los tópicos que incluyen son: una vasta discusión sobre su lema de la regularidad, la existencia de las progresiones aritméticas de k-términos en varios subconjuntos de los enteros y problemas extremos en la teoría de las hipergráficas y de las gráficas al azar.
Fuente: i-programmer.