El MicroRNA se llama miR-941, y surgió de novo (mutación que aparece por primera vez en una familia, donde ni los padres ni los abuelos presentan esta alteración genética como resultado de una mutación producida en una célula germinal de uno de los progenitores) en el humano, entre seis y un millón de años, a partir de que evolucionamos de los simios.
El miR-941 se encontró a partir de una secuencia de repetición en tándem (secuencia de dos o más pares de bases de ADN que se repiten de tal manera que se encuentran uno al lado de otra en el cromosoma, regularmente este tipo de repeticiones están asociadas con el ADN no codificante o basura).
En la investigación se compararon 11 especies de mamíferos, incluidos chimpancés, gorilas y ratones. En el humano el miR-941 es altamente expresado por las células pluripotenciales apuntando a los genes en las vías de señalización de hedgehog (vía esencial en la regulación de la organogénesis de los vertebrados, como el crecimiento de las falanges de las extremidades y la organización del cerebro), de la insulina y señalización de neurotransmisores lo que sugiere un papel importante en el desarrollo de funciones intrínsecamente humanas de nuestro cerebro.
Los investigadores dicen que es la primera vez que un nuevo gen realizado sólo por los seres humanos y no por los simios ha demostrado que tienen una función específica dentro del cuerpo humano.
“Como especie, los seres humanos son maravillosamente inventivos, estamos socialmente y tecnológicamente evolucionando todo el tiempo pero esta investigación muestra que estamos innovando a nivel genético también, esta nueva molécula surgió de la nada en un momento en que nuestra especie estaba experimentando cambios dramáticos. Ahora estamos esperanzados de que vamos a encontrar más genes nuevos que ayuden a mostrar lo que nos hace humanos ” dijo el Dr. Martin Taylor quien dirigió el estudio en el Instituto de Genética y Medicina Molecular de la Universidad de Edimburgo.
Referencia: Nature