A pesar de las críticas de los choferes de taxis, el éxito de la aplicación Uber ha logrado que los inscritos para transportar pasajeros -o en proceso para poder circular- superen a los taxis convencionales en Santiago de Chile.
Los taxis en la capital de Chile suman 24,500 vehículos, mientras que los inscritos en Uber ya son 25,000 después de dos años. Sin embargo es importantes destacar que de ellos, son sólo cerca de 10,000 los que ya tienen una cuenta activa, es decir, que presentaron sus papeles y pueden conducir cuando quieran, mientras que el resto son aquellos en proceso de subir sus papeles o que están esperando por la aprobación de Uber.
Lo anterior se debe a que desde hace 5 años el crecimiento del parque de taxis está congelado y sólo se puede acceder si algún taxista vende su vehículo y la patente, cuyo costo puede alcanzar los 15,000 dólares.
Por su parte, la Confederación de Taxistas de Chile afrima que Uber no puede ser una empresa de transporte público o privado porque no tiene vehículos señalizados, además de que sus conductores son personas que tienen licencias clase B (particular), mientras que los taxistas deben tener la licencia profesional para trabajar.
Es por ello que los taxistas protagonizaron la semana pasada una protesta en Santiago, exigiendo que Uber deje de operar o se atenga a las leyes chilenas.
Mientras que ellos piden endurecer las medidas contra Uber, el director general de la compañía en aquel país, Carlos Schaaf, contó que las operaciones de la misma son legales. Igualmente se reunió con autoridades del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones para disipar las dudas y pedir ayuda para regular la actividad. Sin embargo, las charlas no prosperaron, y Schaaf reconoció que el Ministerio dijo que no los ayudarían.
Por su parte, Agustín Guilisasti, gerente general de Cabify, afirmó que es urgente que todos los actores se reúnan para regular la situación. Subrayó que el transporte privado para empresas está normado, pero el problema se produce con el transporte privado de personas.