Steve Mann, un pionero de la realidad aumentada, visitó un McDonald’s en París, Francia, durante los primeros días de julio de este año. En su rostro, Mann llevaba un sistema llamado EyeTap, que muestra realidad aumentada en su línea de visión y permite grabar fotografías y videos; parece ser que, al llegar al mostrador del restaurante, este aparato provocó que los empleados atacaran a Mann y quisieran quitarle el dispositivo de la cabeza.

Mann es profesor de la Universidad de Toronto, en Canadá, y el dispositivo que lleva en la cabeza está conectado físicamente con su cráneo. Lleva años experimentando con tecnología que pueda ser puesta en el cuerpo y su última idea es convertirse a sí mismo en un cyborg, un humano unido a una máquina.

Justo este proyecto fue el que llamó la atención de los empleados, que se acercaron a él para preguntarle qué era lo que tenía en la cabeza luego de tomarle la orden. Por algún motivo, les molestó el implante de Mann y otro hombre se acercó con una camiseta de McDonald’s mientras escondían su identidad.

Mann suele llevar consigo documentos médicos que avalan que el EyeTap no es removible sin herramientas especiales y que puede usarlo mientras viaja; supuestamente, le mostró estos papeles a sus atacantes, pero no les importó y luego de molestarlo lo echaron del McDonald’s.

Los daños de Mann, luego de que intentaran arrancarle el dispositivo, pudieron ser irreparables. Obviamente, el científico presentó una queja ante McDonald’s, a lo que la empresa respondió que había entrevistado a los involucrados y que todos negaron haber dañado a Mann o cualquiera de sus artículos personales, por lo que no podía hacer nada para restituir los supuestos daños.

No queremos dar nada por sentado, pero si preguntan a los empleados, ¿cuál es la posibilidad de que reconozcan haberlo hecho? Además, independientemente del proyecto para el que esté investigando con esta tecnología, no parece justo que uno de los pioneros de la realidad aumentada pase por este tipo de enfrentamientos y de no ser cierto, ¿cuál sería su necesidad de inventarse una historia así?

Referencia: TechCrunch