Tardé en encontrarlo, pero este es un párrafo que leí el 19 de junio pasado en la versión electrónica del periódico Reforma:
“La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación publicó este viernes en el Semanario Judicial tres tesis de jurisprudencia que declaran que los códigos civiles que definen al matrimonio como la unión entre hombre y mujer son inconstitucionales porque discriminan a las parejas del mismo sexo”.
Este es el inicio de una nota perdida en la edición de ese día que, en resumen, anuncia que en todo México debe ser legal el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Sin entrar en polémicas, lo cierto es que esta noticia se trata de un importante cambio en materia de derechos humanos en el País, lo que puso a México a la vanguardia a nivel mundial en la legislación sobre ese tema.
Sin embargo, la noticia pasó prácticamente desapercibida en los medios y en las redes sociales, quizá debido a que, sinceramente, era algo que ya se esperaba … vamos, sólo faltaba que se hiciera oficial.
Pero sólo unos días después, el 26 de junio, en Estados Unidos, la Suprema Corte hizo, técnicamente, lo mismo: avaló a nivel nacional el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En México, el tratamiento de la noticia en los medios, y especialmente en las redes sociales, fue diferente, ya que los periódicos empezaron a publicar encabezados como “Fallo histórico” y los noticiarios dieron amplios espacios al acontecimiento, mientras que en Twitter y Facebook se popularizaron diversos hashtags, siendo el más importante el que decía #LoveWins, que empezó a circular (o fue uno de los primeros) el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Así, los usuarios mexicanos hicieron suya la congratulación que predominaba en Estados Unidos, después de que, prácticamente, ignoraron la resolución que se había anunciado en México días atrás.
Durante el fin de semana, los tuiteros y feisbuqueros mexicanos se lanzaron en masa a apoyar la nueva ley de Estados Unidos y toda la red se vistió con la bandera del arcoíris, desde la página inicial de WordPress hasta los avatares de Facebook.
Sin menospreciar ni una ni otra resolución de las respectivas cortes supremas de ambos países, fue curioso darse cuenta cómo había mexicanos que ignoraban que en México la ley ya había cambiado y hasta exigían que siguieran los pasos de los vecinos del norte.
Hay que aceptar que muchos de estos Trending Topics, en vez de convertirse en una conversación espontánea y un espacio de libertad de expresión, se convierten más bien en una moda que todos en Facebook quieren seguir. Total, para qué entender algo tan “complicado” si con sólo verlo parece cool.
Es cierto que muchos movimientos sociales que se han vivido en México durante los últimos años, como el #soy132 o Ayotzinapa, han tenido una base importantísima en las redes sociales; sin embargo, las modas, como el #NoEraPenal (que anda de aniversario), suelen ser todavía más duraderas.
Los mexicanos suelen (solemos) quejarse de que hay poca libertad de expresión, pero la desinformación genera que se desaprovechen los espacios en donde sí podrían practicarla, como en las redes sociales. El día que se entienda, muchas cosas cambiarán.
Así de simple.