La práctica conocida como “zoombombing”, que consiste en que usuarios ajenos a una videoconferencia intervengan y desplieguen contenido dañino como pornografía, lenguaje racista o de odio, le pasó factura a la tecnológica.
Zoom accedió a pagar 85 millones de dólares y elevar sus controles de privacidad tras una demanda colectiva que acusa a la empresa de realizar un manejo indebido de sus datos personales, compartirlos sin consentimiento a otras empresas como Google, Facebook y LinkedIn.
Los demandantes argumentan que los laxos controles de privacidad de Zoom permitieron que se dieran prácticas como el “zoombombing”.
El acuerdo fue dado a conocer por la agencia de noticias, Reuters, después de la decisión en la corte de San José, California.
Tras el acuerdo, los usuarios afectados podrán recibir un reembolso de hasta 15% en sus suscripciones y la empresa, que ha sido repetidamente señalada por problemas de ciberseguridad en medio de la digitalización por la pandemia de COVID-19, aceptó también intensificar sus controles de información.
Zoom ahora estará obligado a alertar a los usuarios cuando los anfitriones de una sala de videoconferencias estén usando una app terciaria para enlazarse a Zoom como Facebook u otras.
Zoom ha sido una de las tecnológicas con el crecimiento más acelerado debido a la ola del trabajo remoto que trajo la pandemia de COVID-19, sus usuarios se dispararon de 10 millones de usuarios activos diarios en 2019 a 300 millones de usuarios activos a mediados de 2020, según cifras de la empresa y Apptopia.
Hasta diciembre de 2020, los clientes corporativos de Zoom alcanzaron 497,000.