La capacidad de un humano para mentir es increíble. Por décadas se han utilizado detectores (humanos y electrónicos) para descifrar si alguien intenta esconder una verdad o no. De hecho, sueros como el sodio pentotal son fabricados para ‘evitar’ que el sujeto mienta al someterlo a un estado de euforia y frenesí. Ahora aparece otro de estos métodos, hecho por los científicos de la Universidad de Buffalo, un programa que analiza los ojos de la persona que miente con una precisión jamás lograda por su contraparte humana.
Este sistema fue probado en un experimento donde se puso a 132 sujetos a elegir entre ‘robarse’ un cheque o no. Después, se videograbó su posterior interrogatorio para que el sistema detectara quien mentía y quien no.
La forma en la que miente un humano puede ser detectada mediante lecturas cardiacas, oculares, químicas o gesticulares. Existen especialistas en todos estos ramos que pueden detectar si el sujeto que se esta interrogando intenta encubrir la verdad con una falsedad o no.
Para funcionar, este sistema, creado por el equipo del profesor Ifeoma Nwogu, necesita obtener información preliminar sobre los movimientos oculares normales del sujeto cuando dice la verdad y detectar más fácilmente cualquier anomalía generada por el estrés que conlleva ingeniar una mentira. Esto se obtiene con una serie de preguntas elementales, cuyas respuestas sean totalmente verídicas al inicio del análisis.
Los resultados demostraron que además de ser capaz de superar obstáculos comunes durante un interrogatorio como la iluminación general del cuarto, el uso de anteojos, las inclinaciones de la cabeza y la posición general del cuerpo del sujeto, este sistema puede detectar las mentiras con un impresionante 82.5% de efectividad, mientras que cualquier experto criminal apenas alcanza un 65%. Con todo esto, hubo sujetos que se las arreglaron para burlar este ‘infalible’ sistema.