Esta “afección” piscológica se refiere a que en ocasiones, las víctimas de secuestro muestran signos de lealtad hacia sus secuestradores, sin importar por ejemplo, el riesgo en el que hayan estado. Patty Hearst es un buen ejemplo del síndrome de Estocolmo, nombrado así después de un asalto a un banco en dicha ciudad en donde los asaltantes mantuvieron de rehénes a los empleados del 23 al 28 de agosto de 1973. El término fue acuñado por Nils Bejerot, que ayudó a la policía durante el asalto y se refirió a este síndrome en un programa de noticias.
Pues bien, los usuarios del iPhone sufren del síndrome de Estocolmo, esto de acuerdo a Strand Computing, en un pequeño estudio que hicieron sobre este particular. He aquí algunos de los puntos más interesantes:
- “Una de las áreas que ha fascinado a la mayoría es el enfoque que Apple y sus fans han dado al iPhone, y la energía que han gastado defendiendo el producto, sin importar las limitaciones que presenta dicho teléfono”. Para ponerlo de manera simple: “Apple ha lanzado un hermoso teléfono con una interfaz de usuario fantástica que tiene ciertas limitaciones tecnológicas que los usuarios del iPhone han aceptado y defendido”.
- He aquí los elementos de la “defensa” de quienes apoyan al iPhone y a Apple de manera fanática:
- “El primer iPhone no era un teléfono 3G. ¿Para qué necesita 3G? Se puede usar el iPhone sin necesidad de usar la red 3G y de alguna manera, 3G no es la red más popular, por lo cual no es problema”.
- “El teléfono no puede mandar mensajes MMS. No hay necesidad de esto. Difícilmente alguien manda mensajes MMS”.
- “El iPhone no ha multitareas, resultando en que un buen número de aplicaciones son prácticamente inútiles. La ausencia de multitareas es una decisión de diseño deliberada resultando en una interfaz al usario más rápida”.
- “Usted sólo puede comprar un iPhone de los operadores que Apple ha elegido. Apple ha gastado considerable tiempo y esfuerzo para seleccionar a los mejores operadores para sus clientes”.
- “No se puede instalar el navegador que uno quiera. El navegador que Apple ha diseñado es tan superior que no se necesita otro navegador en su teléfono”.
Aunque hay dudas legítimas de hablar de un equivalente tecnológico al síndrome de Estocolmo (que Strand Consulting ha llamado el síndrome iPhone), este tipo de argumentos podrían usarse prácticamente con todos los teléfonos. La gente necesita justificar y defender su elección de tecnología. De nuevo, me parece que nos encontramos ante una nota de alguien que quiere hacerse publicidad a partir de inventarse un hecho de la magnitud que provoca el síndrome de Estocolmo. Desde luego ya hay puntos que no tienen validez realmente (hay, por ejemplo, un iPhone 3G). Pero usted, matukense lector/lectora, ¿qué piensa?
Fuente: ZDNet