Parecía una broma al inicio, pero a medida que avanzó el evento era claro que cada hombre representaba un punto de vista que ponía no solamente en conflicto a su contraparte, sino que lo obligaba a esgrimir argumentos que dejan al otro sentado y… ¿por qué no?… callado.
Hombro con hombro. Sentados y teniendo de centinelas a dos estatuillas gigantes del Oscar en el teatro corazón de la Academia de Hollywood, los directores László Nemes (‘Hijo de Saúl’) de Hungría y el danés Tobias Lindholm (‘A war’), compartían su experiencia de filmar sus cintas que competían en la categoría de Mejor Película en Lengua Extranjera.
El primer golpe lo dio el danés, quien habló sobre haber filmado en digital toda su película en locaciones de Afganistán. Lindhom, con fama ya de 3 producciones en su país, es parte de una pequeña maquinaria de producción fílmica, gracias a su gobierno que se preocupa por producir cintas de calidad de exportación. En resumen, es un capitán de un navío cuyos puertos de paso ya están probados.
Nemes pertenece a una cinematografía que se erige con palos y cartón, donde sus mejores exponentes tienen la tradición de migrar a Hollywood. Lászlo Kovács (‘Easy Ryder’ y ‘Five easy pieces’) y Vilmos Zsigmond (‘Encuentros cercanos del tercer tipo’) son ejemplos como cinefotógrafos de lo anterior.
Pero Nemes no optó por lo económico de lo digital, sino que decidió asumir sus limitaciones de presupuesto –nadie en Europa creía en su idea de proyecto del Holocausto- y abrazó el 35 milímetros.
“Usamos lo que se llama formato Académico, donde la pantalla es prácticamente cuadrada, centrando y atrapando al personaje central ahí. El celuloide es lo único que proveía de esa densidad para poder ver los detalles del fondo de la escena y así poder cambiar de foco de manera dramática –parte de la experiencia es hacer que el espectador tenga curiosidad sobre lo que sucede más allá del primer plano- porque mi actor caminaba en medio de los hornos de Hitler”, enfatizó Nemes.
Marc Johnson, productor de ‘Rain Man: cuando los hermanos se encuentran’, moderador de panel, vio la ocasión para decir: “tengo la impresión que estos dos se pelearán en el patio a la salida”.
Lindhom aprovechó para retomar terreno y explicarse dándole una palmada en la espalda a Nemes: “nosotros no podíamos usar celuloide, porque nos hubiera salido muy caro. Mi meta era capturar una realidad donde refugiados afganos se acercan a una posición militar danesa y no quise usar actores –solo los protagonistas- por lo que tenía que “filmar” durante varios minutos hasta que estas personas reaccionaran ante la cámara de forma natural y verdadera”.
‘Hijo de Saúl’ es sobre la inmediatez de la cámara con la acción, donde el espectador se vuelve un prisionero más del holocausto. El húngaro encontró en el mismo panel de nominados a un aliado más: el colombiano Ciro Guerra de ‘El abrazo de la serpiente’, filmada toda en blanco y negro y en celuloide.
“A nosotros también nos tacharon de locos. Filmamos en el Amazonas y como no tenemos laboratorio en Colombia, mandábamos las latas expuestas de película a Argentina, para ser rebeladas ahí”, confesó Guerra, quien debía esperar hasta 3 semanas para ver los resultados de su rodaje.
Pero ni con Guerra, Nemes tuvo clemencia. “¿No te gustaría ver algún día esas escenas espléndidas de la laguna de tu película, viendo el detalle del horizonte y las texturas de las hojas de los árboles?”, dijo el húngaro, refiriéndose a que el colombiano jamás vio su filme en celuloide, sino que editó un transfer hecho a video en el laboratorio.
Lo cierto es que el 4K digital ha ganado demasiado terreno en Hollywood y el mundo, mientras que los laboratorios ya riman con la era jurásica. La partida antes de concluir, se esboza en un golpe imaginario del puño de Nemes a Lindhom. Ambos sonríen y se dan la mano al final. Al final de cuentas son hermanos de armas.
A notarse el riesgo que de pronto se juega en Hollywood, este año Ed Lachman filmó ‘Carol’ en super 16mm y fue nominado al Oscar de Fotografía.
Nemes terminó ganando la estatuilla de Mejor Película en Lengua Extranjera. Tal vez ese riesgo, ¿nostalgia?, por lo análogo le dio la calidez necesaria para hacer su filme de oro de Oscar.
Mario P. Székely (@MarioCinema) es crítico de cine y periodista desde 1993. Ha trabajado para los principales diarios del país como Grupo Reforma y El Universal. Tiene su espacio de cine en W Radio y Los 40 Principales. Actualmente vive en la ciudad de Los Ángeles y trabaja para diseñador de contenido para Pig Newton Inc del comediante Louis C.K.