Los viajes a la Luna terminaron hace muchos años, pero la hazaña sigue causando finalmente un dejo de admiración si consideramos que esos valientes astronautas realmente se estaban jugando la vida en el espacio. Por ello, con alguna frecuencia se ve que se pongan a subasta objetos de las misiones Apolo, como por ejemplo, las cámaras que filmaron los alunizajes o las caminatas en terreno lunar, etcétera. Ahora se subastó el reloj Bulova que usó en la Luna en 1971 el Coronel David Scott, comandante de la Apolo 15. Se pagó 1,625,000 dólares. Este reloj era el respaldo por si fallaban los modelos provistos por la compañía de relojes Omega. Este reloj, propiedad personal de Scott, es el único objeto que regresó de la Luna que se mantiene en manos privadas.
La realidad es que no es un reloj que podría considerarse de lujo. Tiene una banda de velcro y hay ya signos de desgaste y corrosión desde el tiempo que estuvo en la superficie lunar y la exposición a la sal cuando los astronautas amarizaron al regresar a la Tierra. Lo que quizás lo hace un objeto deseable es que se observa en la famosa foto en donde el astronauta saluda a la bandera norteamericana.
La Apolo 15 fue la cuarta misión que llegó a la Luna y aterrizó en el satélite natural. Su principal trabajo en la Luna fue científico. Fue una misión que empezó el 26 de julio de 1971 y terminó el 7 de agosto de ese mismo año. Su comandante fue David Scott, con el piloto del módulo lunar James Irwin y el piloto del módulo central fue Alfred Worden. De acuerdo a la NASA fue la misión más exitosa de todas las que llegaron al satélite de la Tierra.
El 30 de julio Scott e Irwin alunizaron en una región del Mare Imbrium. Fue la primera misión que llevaba un carrito eléctrico y se recuerda por la prueba que se denominó “la prueba de Galileo” al solar una pluma y un martillo al mismo tiempo, mostrando que ambas caían a la misma velocidad en el vacío.
En un documento que acompaña a este reloj, el comandante Scott dice: “El uso primario de este cronógrafo en la superficie de la Luna fue monitorear el tiempo que consumíamos de oxígeno, agua y batería, en los sistemas autónomos de soporte de vida, en las mochilas que llevábamos en la espalda. Nuestra misión era duplicar las capacidades y requerimientos de misiones anteriores especialmente en la duración de los sistemas fuera del módulo lunar. En el momento del despegue era el responsable de la misión y de la seguridad de la tripulación, especialmente cuando estábamos fuera de la nave. Entre las decisiones que tomé, el monitorear el uso del tiempo fue tal vez lo más importante. El tiempo es la esencia durante las expediciones lunares humanas y los tiempos de exploración son limitador por los recursos de oxígeno y agua (para enfriar), que llevábamos en nuestras maletas. El conocer el tiempo preciso que teníamos era esencial. Como respaldo de los cronógrafos Omega, llevé el cronógrafo Bulova a la superficie lunar”.
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