Hay que decirlo: la industria de la música ha pasado por muchos años difíciles, y lo han sido más a partir de que se empezaron a literalmente esfumar las enormes ganancias que se tenían antes de que llegara el mp3 e Internet. Pero en ese entonces se pensó que se podía revertir el problema demandando a todo aquel que copiara archivos de música y así haciendo ver que las disqueras no iban a dejarse. Sin embargo, el movimiento digital puso fuera de combate cualquier iniciativa de querer regular este nuevo mercado y la piratería de la música se volvió casi cotidiana.
Cabe decir que la industria de la música siempre ha exagerado sus problemas, achacándolos a las personas que sin el más mínimo sentimiento en su corazón, copian a destajo toda pieza musical que les llega. Y es cierto que hay un gran volumen de copia, pero también es cierto que eso favorece que la música y sus intérpretes sean más conocidos. Además, es claro que el modelo de negocios era ya insostenible en el mundo de Internet y se requería un cambio que -evidentemente- nadie quería dar porque fueron muchos años de enormes ganancias y utilidades.
Pero el destino los alcanzó y, ante la mala idea de querer detener a los piratas por medios legales, se empezaron a implementar modelos de renta y venta de música en la modalidad de “streaming”. Así por ejemplo, el obsoleto y ya desaparecido Zune de Microsoft, en algún momento hizo un modelo de negocios en el que los clientes (usuarios), podían escuchar toda la música que quisiesen mientras pagasen una cuota mensual. Cuando se dejaba de pagar, no era posible seguir escuchando nuestras rolas favoritas.
Y si hablamos de esto es porque ha salido la noticia de que las utilidades globales de la música grabada ha llegado a crecer unos 1.4 mil millones de dólares en el reciente año 2017, debido a la adopción -cada vez mayor- de los servicios de streaming entre los consumidores, todo esto de acuerdo con The Music Industry Blog.
Las utilidades de la música grabada alcanzaron 17.4 mil millones de dólares, poniéndose abajo del récord del 2008, que fue de 17.7 mil millones de dólares en utilidad. Esto, dicho de otra manera, implica que por fin la tendencia se ha revertido. El streaming ha sido el agente de cambio que ha permitido el crecimiento de 43% en todas las utilidades. De hecho, en el 2017, las ganancias por streaming fueron de 39%, de un total de 7,4 mil millones de dólares.
Así entonces, esto debería tomarse como una importante lección para quizás otras industrias, como la de los libros que pareciera, está siguiendo el mismo derrotero de la música digital. Es claro que los viejos modelos de negocios están empezando a verse obsoletos ante el embate de las nuevas tecnologías que sin duda lo han cambiado todo.