Es claro que Internet cayó como de sopetón en el mundo y en pocos años, de ser una red inocente en donde se transmitían datos entre dos nodos de la misma, se convirtió en un fenómeno que hizo que la información se democratizara y estuviese disponible para todos. Esto tiene su propia problemática y se empezó a notar cuando por ejemplo, salió el formato mp3 y la música empezó a repartirse sin control a través de Internet. Y a pesar de todos los esfuerzos de las disqueras, los archivos musicales se siguen repartiendo, ignorando en muchísimas ocasiones los derechos de los creadores de contenidos.
Por otra parte, es evidente que los gobiernos quisieran tener más control sobre lo que hacen los usuarios en Internet. Y con el argumento que es “por nuestra seguridad”, quieren evitar los esquemas de protección a través de la criptografía, por ejemplo. Y además, quieren tener acceso a los datos de los internautas porque así podrían aplicar la ley a los malosos. Desde luego que todo esto puede ser cierto, pero también lo es el hecho de que en principio, sin importar las razones, todos tenemos el derecho de mantener nuestra información cifrada.
Y el asunto es que en esta nueva reglamentación que quiere imponer la comunidad europea, se están afectado un número indeterminado de acciones que los internautas hacen. El Parlamento Europeo votó a favor de las reformas de esta manera (https://saveyourinternet.eu/): 438 votos a favor, 226 votos en contra y 39 abstenciones. La forma en que se votó muestra que hay una clara división política con la facción conservadora de derecha, quien le dio el soporte mayoritario a la propuesta. Se ha descrito esta votación como “catastrófica” para el Internet libre y abierto.
El aspecto más preocupante de la legislación es el artículo 13, el cual se ha detallado en documentos como Save Code Share y en Why Article 13 Must Be Stopped, el cual dice que se deben poner filtros para subir archivos en sitios donde se acepte este procedimiento. Pero esto amenaza una amplia variedad de actividades, incluyendo el compartir archivos y en plataformas donde se generan discusiones.
También hay otro artículo, el 11, que se llama el impuesto de los enlaces, lo cual significa que dar un enlace en un mensaje en un foro de noticias requerirá de una licencia. Y aunque la idea puede ser interesante, pues permitiría que los editores recibiesen un pago cuando su trabajo se menciona por compañías como Google, quien hace dinero a expensas de los que originan el contenido, podría en muchos casos ser el nuevo objetivo de los trolls de los derechos de autor, como los hay sobre las patentes, que son una plaga en los Estados Unidos. En realidad, el compartir un enlace con un comentario originalmente es como un anuncio gratuito y siempre se ha visto así, incluso desde que la web existe.
Hay que decir que aún hay tiempo para echar atrás estas nuevas directivas, las cuales se votarán en enero del próximo año. Y no hay que verlas como una puntada más, porque podría cambiar la manera en como podemos interactuar en la red de redes. No es un asunto menor. Vamos, es un asunto preocupante.