Así como los héroes de fábula, los logros en la vida de Steve Jobs parecieran sacados de una ficción hollywoodense. Steven Paul Jobs nació el 24 de febrero de 1955 en San Francisco, California, y desde el momento en que fue dado en adopción por sus padres biológicos, inició una aventura de éxitos y fracasos que cualquiera podría creer imposibles.
No pasó mucho tiempo después de que Steve dejara la universidad a inicios de los setenta hasta el momento en el que él y Steve Wozniak fundaran Apple Computer Company en 1976; sólo algunos años les tomó a los dos Steves y algunas otras personas cruciales en la formación de esta compañía para ser considerados como empresarios arriesgados y exitosos.
La percepción del cómputo personal al momento era distante de lo que se gestó hacia los años noventa, sin embargo, la visión de Apple Computer fue tan amplia como para estar conscientes de que un sistema informático al que cualquier persona pudiera tener acceso era un futuro complejo de alcanzar pero realmente viable.
El propio Jobs afirmó en su momento que al estar asistiendo por 18 meses a la universidad como oyente tras haber dejado sus estudios formales encontró tan apasionante una clase sobre tipografía y caligrafía que indagó mucho más al respecto, lo que después fue aplicado a las fuentes que se utilizan en las computadoras y a la amplia variedad de éstas
Esto, según Steve, fue una de las aportaciones más importantes que él dejó en la historia del cómputo, y claro reflejo de la precisión y perfección que él gustaba imprimir en sus productos que se harían tan populares posteriormente.
Para cuando Jobs volvió a Apple como CEO en 1996, la compañía que cofundó estaba en una situación complicada. Steve decidió que Apple dejaría de hacer aportaciones caritativas hasta que la compañía se estabilizara (después de esto, la compañía no volvió a hacer grandes donaciones mientras Jobs fue CEO) y se autoimpuso un sueldo de 1 dólar al año; desde luego, él tenía un gran número de acciones de la empresa para subsistir.
Llegando al nuevo milenio, nació un nuevo Apple. En un mercado aún dominado por las computadoras personales, la compañía de Jobs vio la oportunidad en un aparato portátil para reproducir música, lo que dio el empujón que la industria necesitaba para cambiar la forma como se aplicaba el entretenimiento basado en un dispositivo electrónico; desde luego, la consolidación de esto fue marcada por la presentación de iPhone en 2007, donde todo aquello que la mayoría de los usuarios llegaron a necesitar fue puesto en un solo dispositivo de 135g de peso.
Aunque un gran número de personas critican a Apple por ser una compañía “elitista” y llena de aspiraciones por parte de sus clientes, la realidad es que ese mismo sentido de restricción ha sido la que permitió a esta empresa distinguirse de las demás.
Los productos Apple funcionan correctamente la mayor parte del tiempo porque no están abiertos a que el usuario los modifique y descomponga, que es una de las principales razones por las que un aparato suele tener desperfectos; también, esta misma forma de pensar (influenciada en gran parte por la manera como Jobs veía a la industria y a sus consumidores) ha hecho que la empresa pueda centrarse en un solo producto para cada gama, lo que hace más fácil tener actualizaciones, mejoras y un buen soporte técnico.
Nada de lo que hizo Jobs en vida debería ser causa de adoración hacia una persona, sin embargo, lo que no se puede negar es que este hombre fue un gran líder que tenía en mente la dirección que quiso dar a una empresa que siempre invitó a sus seguidores a “Pensar diferente”.
Sin considerar la marca a la que representó por tantos años, Jobs fue un personaje clave para la formación de la industria tecnológica actual, al igual que lo es Bill Gates, quien a pesar de su rivalidad con Steve, mantuvo momentos importantes de cercanía con él. Un ejemplo fue la última conversación que ambos tuvieron en mayo de 2011, cinco meses antes de que Jobs falleciera el 5 de octubre de 2011 a causa de cáncer de páncreas.