Los científicos de la Agencia Espacial Europea esperan que ahora que el cometa 67P se acerca al Sol, es posible que logre obtener la energía que requiera y así entrar en comunicación con el control de la misión. Los astrofísicos han estado esperando desde el 12 de noviembre a que Philae «regrese a la vida». Si es así, podrán entonces recibir información única de primera mano desde la superficie del cometa Churyumov-Gerasimenko en la medida que éste viaja cada vez más cerca del Sol.
Desde luego que esta es una apuesta especulativa, porque por una parte, no nos olvidemos que todo se hace a control remoto a millones de kilómetros y que cualquier cosa podría salir mal. No habría que descartar que Philae esté dañado irreparablemente después de la llegada a la superficie del 67P, pero todo esto será simplemente motivo de especulación, porque nadie sabe a ciencia cierta si el sistema puede recuperarse. De hecho, las condiciones para que Philae vuelva a comunicarse con el control de Tierra implica que reciba más de 5.5 voltios y que tenga una temperatura superior a los -45 grados Celsius.
Sea como sea, la misión de Rosetta+Philae se acerca a una nueva etapa que podría prometer muchas emociones, así como datos nuevos sobre la naturaleza de los cometas. En realidad, esta misión ya es una hazaña de la raza humana.
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