Leo en redes sociales y hasta en notas de algunos medios considerados serios (aunque sus mejores años pasaron hace, por lo menos, una década) algunas opiniones de personas que consideran que la reacción del Gobierno, la sociedad y la televisión fue exagerada ante la amenaza que representaba el viernes pasado la llegada del huracán “Patricia” a costas mexicanas.
“El huracán más grande y peligroso de la historia”, así fue catalogado “Patricia” por las instancias internacionales, como el National Hurricane Center de Estados Unidos, y por medios de información internacionales entre la noche del jueves y la mañana del viernes, al alcanzar la categoría 5, que es la mayor en la escala que se utiliza para medir la intensidad de los huracanes.
Ante esta alerta, el Gobierno federal y los gobiernos locales de los estados amenazados, como Jalisco y Colima, emprendieron de inmediato labores de protección civil y de información a la población; asimismo, los medios nacionales se dedicaron a difundir información preventiva y a seguir, prácticamente, el minuto al minuto de sus paso por el Océano Pacífico.
En redes sociales el panorama fue similar, con los funcionarios de Gobierno tuiteando el estado en el que se encontraban, por ejemplo, las carreteras o reportando las diversas acciones que se habían puesto en marcha; inclusive, pudieron verse imágenes dramáticas del meteoro, siendo una de las más difundidas la compartida por el astronauta Scott Kelly en su cuenta de Twitter, la cual captó desde la Estación Espacial Internacional y acompañó con el mensaje “manténgase a salvo allá abajo”.
Las evidencias de que se acercaba un fenómeno nunca antes visto en la historia de la humanidad fueron inminentes y provenientes de muchas fuentes diferentes, no sólo de parte del Gobierno o de los medios nacionales.
Finalmente, por una extraña (y afortunada) reacción de la naturaleza, el amenazante huracán se debilitó al tocar tierra en Jalisco (tal y como pasa con el cometa de Bart en un capítulo de los Simpson) prácticamente sin causar daños.
Lo primero que hay que esperar es la explicación científica de lo que pasó, porque seguro se descubrirá algo muy interesante que tenga que ver con las características geográficas de la zona, el cambio climático o hasta alguna pista para prevenir este tipo de fenómenos.
Pero esta situación atípica también despertó suspicacias de parte de muchos medios y usuarios de redes sociales que empezaron a afirmar que la reacción del Gobierno fue exagerada y que, incluso, se trató de un golpe mediático de esos que se usan para desviar la atención de las personas, es más, casi faltó que alguien dijera que el huracán lo mandó a hacer la Presidencia en complicidad con Televisa (bueno, increíblemente, sí hubo quien lo dijo).
Así que para esas personas no fue suficiente evidencia ver los reportes meteorológicos de una decena de las instituciones más importantes del mundo, las notas de los medios de información internacionales y hasta las fotos tomadas por los usuarios de Twitter que están en el espacio. La teoría del complot, esa que se forma con sospechas y nunca con hechos formales, fue más fuerte.
Por primera vez en por lo menos 30 años, vimos un plan de prevención del Gobierno que se implantó a tiempo y que ayudó a prevenir y evacuar a la población, vimos a medios de información interrumpiendo su información para emitir reportes especiales y a instituciones instalar centros de acopio horas antes de que se presentara una tragedia. El sistema funcionó a tiempo y no tan tarde como suele pasar la mayoría de las veces.
En México, muchas cosas se hacen mal, pero todo lo que pasó previo a la llegada del huracán “Patricia” funcionó correctamente, por lo que pensar que se trató de una maniobra mediática es inútil y carece de argumentos.
Definitivamente, este “éxito” se tratará de materializar políticamente de parte de los implicados, pero no se puede negar que sí funcionó y hay que reconocerlo de la misma manera en la que criticamos los errores que cometen las autoridades (y que, desgraciadamente, siguen siendo mayoría).
Por fin algo funcionó, y el uso de la tecnología fue vital para que así fuera, ya que se cuidó que funcionaran las telecomunicaciones, se utilizaron correctamente las redes sociales y se pudo monitorear la dimensión y el paso del huracán.
Asimismo, las empresas de tecnología –como Twitter, Facebook o Google- pusieron a disposición de los usuarios herramientas para mantenerlos informados y comunicados ante cualquier eventualidad. Todos hicieron su parte.
Gracias al acceso que se tiene hoy a todos los medios de información del mundo vía Internet, las evidencias de que “Patricia” sí se trataba de un fenómeno de dimensiones nunca antes vistas eran muchas y fácilmente comprobables, por lo que es más difícil comprobar una teoría del complot que la versión oficial.
Por el contrario, si las autoridades e instituciones no hubieran actuado a tiempo, esos mismos personajes que hoy critican en redes sociales la “exageración” del Gobierno, estarían cuestionando por qué no se hubieran extremado las precauciones y por qué los medios no interrumpieron su programación. Son esos a los que nada les gusta.
Así que relajémonos y admitamos que la naturaleza manda y está por encima de los tuiteros, el Gobierno y los medios. Tuvimos suerte de que al final no pasara nada de lo que se esperaba.
“Patricia” fue un ensayo para que las próximas catástrofes no nos agarren tan desprevenidos y entender cómo se puede aprovechar la tecnología para informar correctamente a la población. Las teorías del complot, en esta ocasión, quedaron hundidas en el mar.
Así de simple.