La sonda ha estado operando en la órbita ecuatorial desde la primavera del 2014, haciendo uso del plano de los anillos para hacer una serie de encuentros finales con las lunas del planeta. Esto ha dado a la NASA mucha nueva información sobre la naturaleza del sistema saturniano, pero desafortunadamente, la vida operacional de Cassini está llegando a su fin y por ende, los operadores de la misión están tratando de maximizar su tiempo de vida, mandando a la nave ahora a una órbita polar.
Las últimas maniobras de la nave se llevaron a cabo apenas hace un par de días. El 23 de enero de este año se inició la segunda maniobra, encendiendo los motores de forma tal que la fuerza gravitatoria de Titán pudiese ayudar a manipular la trayectoria orbital de Cassini. Los cohetes de la nave se encendieron por 35 segundos alterando la velocidad de la sonda a unos 6.8 metros/seg. El encuentro con Titán será el 1 de febrero y tendrá un gran impacto alterando la velocidad de Cassini a unos 774 m/s. La siguiente transferencia se hará encendiendo los cohetes el 25 de marzo, esperando la asistencia de Titán para el 4 de abril.
La intrincada danza entre la sonda y Titán es como un preámbulo del acto final. Una vez que se encuentre la sonda en la órbita polar, volará sobre Saturno justamente detrás del anillo F del gigante gaseoso. Ahí la nave logrará unas 20 órbitas antes de alterar una vez más su trayectoria entre el anillo interior y la superficie del planeta, en donde podrá dar unas 22 órbitas más antes de que la sonda caiga sobre la densa atmósfera del planeta, en donde ya se perderá todo contacto con la nave. Esto ocurrirá -se estima- para septiembre del 2017.
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