La realidad virtual cada vez tiene menos de virtual y más de realidad. Es por eso que los equipos de Fórmula 1 se apoyan en esta herramienta al momento de diseñar sus monoplazas.
La restricción de solo 10 días de entrenamientos en pista durante la preparación del campeonato ha obligado a los equipos a buscar la forma de probar sus innovaciones sin tener que rodar el coche y qué mejor manera que por medio de la simulación.
La Scuderia Ferrari entiende muy bien este tema y es por eso que en 2010 diseñó uno de los simuladores más avanzado hasta ese momento. Con aspecto de artefacto de película de ciencia ficción, el simulador de la marca italiana ayuda de manera sustancial tanto a los pilotos como a los ingenieros a entender el comportamiento del monoplaza en cada uno los circuitos donde correrán durante la temporada, además es posible simular diferentes escenarios como el tipo de neumáticos, la carga de combustible, presión del aceite, cambios en la aerodinámica, etc.
Para construir esta impresionante maquina Ferrari trabajó durante 2 años en colaboración con la empresa Moog, especialistas en el diseño de sistemas de control de movimiento que abarcan desde aviones, automovilismo deportivo, maquinaria industrial, producción de energía, sistemas aeroespaciales hasta dispositivos médicos.
El simulador de entrenamiento de la Scuderia Ferrari está formado por una estructura de fibra de carbono de casi 3 toneladas, suspendida a 4.5 metros de altura por 6 soportes hidráulicos. Dentro de la jaula o esfera, como le llaman algunos, encontramos un modelo del coche de F1, frente al al que se observan una gran pantalla que proporciona una vista de más de 180°. En estas se proyecta en 3D y alta definición la imagen del circuito deseado gracias a un sistema compuesto por 10 multiprocesadores con una memoria de 60 GB en RAM. Cuenta con un sistema de sonido Dolby Surround 7.1 con una potencia de 3,500 W, por lo que la calidad de los sonidos es prácticamente igual a los producidos en la realidad.
Como se pueden imaginar este simulador requiere de un espacio propio dentro de la fábrica de Maranello, para esto construyeron un edificio de 2 niveles en un área de 180 m2 que se encuentra a un lado de la Gestione Sportiva. Dentro del edificio también hay una sala de control donde están los ingenieros durante la práctica analizando los 5 GB de datos que se producen en un día de uso.
Sin embargo el simulador no sólo ayuda a los ingenieros para el desarrollo del coche, también sirve para que el piloto “programe” su mente ante un Gran Premio, conociendo los circuitos y memorizando cada uno de los movimientos que debe hacer durante la carrera para rodar por la trazada ideal. Son casi 2 horas las que pasan los pilotos dentro del simulador cada día de entrenamiento, intentando aprender lo más posible sobre la pista antes de que llegue la carrera. Además, la simulación se complementa con las sensaciones que puede experimentar el piloto durante la carrera, es decir las fuerzas G que se producen en cada curva o en las frenadas, claro que estas se sienten a una escala menor pero cada día se avanza en el diseño de los programas para que sean lo más parecidas a la realidad.
Cabe destacar que no cualquiera es apto para usar un simulador como este, incluso pilotos profesionales como Luca Badoer, Giancarlo Fisichella o el mismo Michael Schumacher pueden marearse en estos aparatos, por lo que es importante reconocer la importancia de los pilotos de pruebas dentro de cada equipo, ya que muchas veces por la apretada agenda de los pilotos titulares no pueden practicar en el simulador, es el tercero quien se encarga de realizar las pruebas para dar los tips de cómo se debe correr la carrera o qué es necesario desarrollar en el coche para mejorar el desempeño. Ahí tenemos el ejemplo de Sebastian Buemi que fue contratado por Red Bull como piloto de pruebas por su gran habilidad en los simuladores o jugadores de Gran Turismo que pasaron de gamers a pilotos profesionales y ganar carreras en coches reales.
https://www.youtube.com/watch?t=42&v=sH6p4TYWHZU
Por otro lado, debido al cambio de reglamentos en la F1 a finales de 2014, fue necesario actualizar el software usado en el simulador. En esta ocasión los encargados del diseño fueron rFpro, una compañía dedicada al diseño de simuladores virtuales de carreras, quienes ofrecieron a Ferrari un nuevo nivel de realismo y mayor velocidad de respuesta.
Uno de los cambios en el software permite capturar cualquier irregularidad sobre el asfalto de la pista para que la superficie al momento de usar el simulador se sienta igual que la pista real, lo que mejora la experiencia de manejo del piloto y ayuda a recolectar información más fiable. Ferrari se convenció en usar este sistema por la velocidad que maneja el programa.
Como dije antes, toda esta tecnología es necesaria para el desarrollo de los monoplazas, ya que la FIA se encuentra en una campaña constante de disminución de costos en la Fórmula 1 y consideran que las prácticas constantes en la pista son un gasto innecesario. Según dicen algunas publicaciones, Ferrari solamente pagó 5 millones de euros por este proyecto, pero hay quien afirma que en realidad fueron más de 40 millones de euros lo que costó el desarrollo del simulador. Sea una o la otra la verdad es que suena absurdo decir que se gastaron casi 6 Millones de Dólares para ahorrar en presupuesto, pero en realidad el uso de este simulador ha hecho que los costos de desarrollo se reduzcan un 30%.
Pero para aquellos que sueñan con tener un simulador propio en casa y convertirse en pilotos profesionales no se depriman, también existe una versión a menor escala que Ferrari ha diseñado para sus clientes VIP, este tiene un costo aproximado de 350,000 Euros y es casi igual que los que podemos encontrar en algunas tiendas y museos de la escudería Cavallino Rampante.
Lo que es un hecho es que la industria del deporte motor siempre buscan estar a la vanguardia, así como Ferrari, el resto de las escuderías tienen sus propios simuladores y quieren tener en su fábrica lo último en tecnología para ser más competitivos que sus adversarios, además pueden usarlos para desarrollar coches de calle como lo hace Mercedes con el simulador de 360°, si ese es el de los coches de calle no me imagino el que usan para la Fórmula 1.
El punto es que la realidad virtual y la simulación parecen ser el futuro del automovilismo y actualmente son una herramienta básica en el diseño de los monoplazas, pero como dicen por ahí “el cielo es el límite” y quien sabe quizá mañana la tecnología nos presente una forma más rápida y más barata de crear un coche de F1.