Si a alguien todavía le quedaba duda de las dimensiones que ha cobrado el fenómeno de Pokémon GO, que vea el más reciente episodio de La Rosa de Guadalupe, Monster Ball GO.
El programa de televisión, que en cada emisión retrata milagros de la Virgen de Guadalupe en situaciones cotidianas, abordó recientemente los peligros y consecuencias de enajenarse con una aplicación móvil de realidad aumentada, cuyo objetivo es atrapar criaturas digitales. No, el juego no se llama Pokémon GO sino Monster Ball GO.
La trama de este episodio se centra en dos niños que buscan ser los mejores en Monster Ball GO sólo para ganar el amor de una compañera del colegio. Sí, por alguna extraña razón en esta serie el amor se define por cuántos monstruos has capturado, y esto es sólo el inicio de las situaciones incómodamente ridículas que muestra el capítulo.
Y como un episodio no es suficiente para abordar el fenómeno Monster Ball GO, fue dividido en dos partes. En ambas, los protagonistas enfrentan situaciones, como ya es costumbre en el programa, exageradas y ridículas. Por ejemplo, cruzan la calle sin fijarse, invaden propiedad privada, corren el riesgo de ser secuestrados y demás.
Es cierto, algunas situaciones le han ocurrido a jugadores de Pokémon GO alrededor del mundo, pero no todas al mismo tiempo y al mismo círculo de amigos en el mismo colegio y en la misma ciudad donde se desarrolla “Monster Ball GO”.
Lo que ciertamente no ha ocurrido, hasta donde sabemos, es que una rosa blanca aparezca misteriosamente sobre un Xbox 360 para salvar a los torpes jugadores de una app móvil. Tampoco han surgido reportes de una sospechoso viento que llene de placer a niños que capturan criaturas digitales, como retrató el episodio de Monster Ball GO.
Si por alguna razón quieres ver el episodio completo, puedes hacerlo aquí. Y si a pesar de las advertencias, estás interesado en conocer más acerca este endemoniado juego, puedes descargar acá la aplicación Monster Ball GO, que alguien tuvo a bien lanzar a propósito del episodio de La Rosa de Guadalupe.
Como dicen, pura gente sin quehacer.