Pueden pasar muchos años hasta que a alguien se le ocurre una idea novedosa, la pone en práctica y llega a algún resultado asombroso. Esto parece haberle pasado al compositor Jim Wilson, que grabó el sonido de unos grillos y luego decidió bajar la velocidad de la grabación, revelando así algo notable: los grillos suenan como si estuviesen cantando una melodía angelical. Y aunque suena como humano el asunto, no lo es. Son grillos grabados a baja velocidad.

La grabación contiene dos pistas que se reproducen al mismo tiempo: la primera es el sonido natural de los grillos (a velocidad normal) y la otra es la versión ralentizada con el sonido de dichos insectos. Tom Waits, amigo de Wilson dice: “él siempre juega con el tiempo. Escuché una grabación reciente de grillos en la que baja la velocidad a una muy lenta. Suena como un coro,  suena como el ángel de la música. Algo brillante, celestial con plena armonía… No lo creerías,  es como un coro bajado del cielo, y sólo lo ralentizó , no manipuló la cinta. Así que creo que cuando Wilson le baja la velocidad a la gente, te da la oportunidad de observarlos en movimiento a través del espacio . Y hay mucho que decir sobre ralentizar el mundo”.

Quizás el descubrimiento de Wilson no sea finalmente algo espectacular, pero nos hace pensar en el fondo en que vivimos tan rápidamente, en donde hay que hacer mil cosas por día, que cuando alguien llega con una grabación semejante, llegamos a la conclusión que nuestras vidas bien podrían mejorarse si nos tomamos la existencia con más calma y desafanarnos así de este ritmo acelerado, que parece que es una necesidad en el mundo moderno.

Ya se vende un CD con la música de los grillos. Un ejemplo de la misma puede verse aquí:

Referencias:

 Science Blog