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El ‘agua que no moja’

A finales de los años 60, un par de investigadores de la empresa 3M desarrollaron un pegamento de “baja adherencia” que apenas era capaz de...

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A finales de los años 60, un par de investigadores de la empresa 3M desarrollaron un pegamento de “baja adherencia” que apenas era capaz de pegar dos hojas de papel, pero que no tenía ningún uso práctico. Años después, un ingeniero de la empresa, que necesitaba marcar en su libro las páginas que leería en la iglesia, decidió hacer unos separadores que se adherían al papel mediante ese pegamento, y aunque lo compartió con otras personas, su iniciativa, literalmente, no pegó.

Pero un día decidió usar esos separadores adheribles para colocar un mensaje en el escritorio de uno de sus compañeros de 3M, quien hizo lo mismo y, en unos cuantos días, todos estaban usando en esa oficina lo que hoy se conoce como “Post-It”.

Esa anécdota me la contó hace unos años un ejecutivo de 3M que me enumeró las áreas en las que trabaja esta compañía estadounidense, que produce desde materiales para naves espaciales hasta fibras para lavar trastes, pasando por productos de cuidado de la piel, insumos para pantallas táctiles y hasta soluciones de redes informáticas.

Hace unos días, vi uno de sus productos que me dejo sorprendido, el cual se podría describir, en términos, digamos, vulgares, como: “el agua que no moja”.

En realidad es un gas que es líquido en la temperatura ambiente y que se evapora 50 veces más rápido que el agua, además de que no es tóxico y no daña los objetos que toca.

3M_agua

En este líquido, llamado Novec 1230, se puede sumergir un libro sin que las hojas se dañen o hasta un teléfono celular, por lo que es utilizado para apagar incendios en lugares como museos o bibliotecas, así como en servidores de cómputo o archivos físicos.

Y al meter la mano en él, se puede sentir que es algo frío, pero no se moja la piel… es sorprendente, pues.

En los años de la guerra fría, la humanidad vio avances tecnológicos impresionantes, los cuales, en principio, surgían para la guerra o la carrera espacial y que, con el tiempo, tenían aplicaciones en la vida diaria, como los pañales o el velcro; pero en el siglo 20 poco o nada nos sorprende, y cuando se habla de tecnología, se suele pensar en únicamente en computadoras, internet y smartphones, pero en todos los rubros hay grandes descubrimientos todos los días.

Este producto me sorprendió porque es algo inesperado, nuevo y con aplicaciones prácticas en la vida real, por lo que me hizo ver que, de repente, olvidamos nuestra capacidad de asombro.

El problema de que se pierda la capacidad de asombro es que puede provocar que se muera la creatividad y, por lo tanto, se pierda la capacidad de desarrollar nuevos descubrimientos.

En México, los recursos económicos son una limitante importante para el desarrollo tecnológico, pero quizá se podría superar utilizando más la creatividad, por lo que debemos ser capaces de seguir sorprendiéndonos.

Al final, si alguien fue capaz de inventar “agua que no moja”, ¿cuántas cosas más no se pueden inventar todavía?

Así de simple.

Imagen: Forance / Shutterstock

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