Este lunes los estudiantes de educación básica regresan a clases en el país, algunos en modelos híbridos, otros 100% online y otros totalmente presenciales, pero los expertos evalúan qué pasará con estos alumnos a partir de este ciclo escolar después de haber vivido dos ciclos a distancia. 

Si bien para algunas escuelas, sobretodo privadas, el método electrónico no fue tan complicado, para escuelas públicas o territorios desconectados aún del internet en México, este tipo de educación no tuvo tan buen efecto o sus estudiantes se suman a la cifra de 6 millones de personas (a todos los niveles) que en el último año dejaron sus clases, según datos del INEGI. 

Para quienes tuvieron la oportunidad de mantenerse conectados a distancia, la evaluación se advierte como “favorable aunque un impacto negativo en la capacidad de socializar”, advierte Luis Guitiérrez, vicerrector de la universidad TecMilenio Ciudad de México, en entrevista con Unocero. 

Gutiérrez comenta que en el caso de esta institución, los alumnos adoptaron el modelo online al 100% y aunque sí notaron que se generó un impacto en la socialización de los estudiantes, asegura que no se registraron deserciones o impactos académicos graves. 

En el caso de esta institución, por su naturaleza, ya contaban con un modelo a distancia desde antes de la pandemia lo que hizo este periodo más sencillo, aunque ésta digitalización forzada les obligó a hacer cambios y mejoras en la capacitación a los maestros y les aceleró los planes para contratar nuevo software y modelos de aulas virtuales para incentivar el uso de modelos híbridos y que los edificios escolares sirvan, a futuro, solo como espacios de prácticas o laboratorios. 

Pero en este tiempo hubo otras realidades que no corrieron con la misma suerte y tuvieron que ingeniárselas para hacer del modelo a distancia un acuerdo que le funcionara a los maestros, a los alumnos y a las familias que no siempre contaban con conexión o con un dispositivo para enlazarse. 

Educación conectada, especial y efectiva 

Paulina Vargas, maestra de educación especial del CAM (Centro de Atención Múltiple) 24 en la Ciudad de México migró a sus alumnos al formato en línea en marzo de 2020 con la mejor esperanza de que la forma no afectara el fondo de su plan educativo, pues en su caso, con alumnos con capacidades especiales, el panorama de clases en pandemia se veía más incierto; sin embargo, el resultado fue lo contrario. 

“Al principio fue complicado, en el programa Aprende en Casa, no se consideró la diversidad de educación especial, como maestros de CAM nos servían muy poco. Fue complicado encontrar un sistema que les funcionara a los chicos y a cada familia, porque muchas veces no tienen internet o computadora, la mayoría de las veces se conectaban solo con un celular, pero llegamos a acuerdos y al final, afortunadamente, puedo decir que el resultado no fue malo”, cuenta la docente. 

La maestra acepta que la socialización sí es algo que sufrió impacto, pero en sus alumnos y en todos los tipo de educación, pero en el balance final sus alumnos se vieron favorecidos porque tuvo tiempo y capacidad de brindarles la atención y contención necesaria a través de los papás, con quienes se comunicaba por WhatsApp para explicar tareas y actividades a detalle o dudas en general. 

Vargas cuenta que aunque el resultado de estos ciclos escolares con sus alumnos lo puede evaluar como favorable, no se pueden negar las realidades de otras escuelas u hogares en los que las clases online no fueron opción por falta de acceso a la red, falta de dispositivos móviles u falta de recursos de los padres; la maestra detalle que algo que le preocupa, más que el impacto del modelo online en sus alumnos, es el regreso a clases híbridas o presenciales, pues en la escuela en la que trabaja, el CAM 24, no hay internet. 

“Desde que inició la pandemia se cortó el servicio de internet en la escuela, así que ahora vamos a esperar a ver qué sucede”, dijo. 

Educación formal online 

Sin duda las instituciones tradicionales fueron las que más sufrieron el impacto de la educación digital forzada. Antonia Segura, directora general de Crehana en México, asegura que desde su experiencia el impacto es innegable; sin embargo, la situación también abrió una oportunidad para la profesionalización de los modelos de educación profesional en línea, como el que ofrece esta plataforma. 

“A nosotros la pandemia nos abrió una oportunidad, un espacio en blanco que nos decidimos a ocupar. Empezamos con cursos grabados (asincrónicos) pero nuestro enfoque ahora buscamos que sea más mixto, teniendo en cuenta lo que el estudiante pide y los modelos económicos que vemos que funcionan mejor”, dijo Segura en entrevista.  

Segura cuenta que en el último año, los usuarios de Crehana crecieron 300% e incluso notaron la incorporación de más alumnos jóvenes, desde 18 años y que se acercaron con el fin de complementar sus clases televisivas u online, aunque también vieron un incremento de los alumnos de 65 años de edad. 

“Es una realidad que los chicos de entre 18 y 24 años se acercaron a nosotros para tomar cursos y complementar lo que están aprendiendo o incluso emprender de manera paralela”, dijo. 

La directora evalúa que los modelos en línea son cada vez más importantes pues lo que hoy tradicionalmente existe “está colapsado” y esto ha vuelto al online más necesario. 

En febrero de 2020, la plataforma contaba con 1.2 millones de estudiantes registrados y actualmente están en 5.2 millones de usuarios. 

Como plataforma, Segura advierte que el hecho de que estos formatos se estén usando cada vez más más eleva también la validez de sus cursos y certificaciones como parte del currículum de un estudiante que ya está más cerca de pedir trabajo, un trabajo de lo que hasta ahora hemos visto como “del futuro”. 

“Un indicador de que lo que hacemos funciona es que nuestros estudiantes puedan aplicar rápidamente lo que aprenden con nosotros en sus vidas y en este último año vimos que 73% de nuestros estudiantes había ya aplicado lo que aprendió con nosotros y este es un indicador de que este formato puede funcionar y ganar más presencia”, explicó Segura. 

Además de este aval social y académico para MOOCS o cursos masivos en línea, para Crehana este auge por su tipo de servicio les hizo adelantar sus planes y ahora ya planean en expandir la plataforma hacia otros mercados como Brasil en los próximos meses. 

Para David Centeno, gerente de operación estratégica de OCC Mundial, este tipo de modelos tendrán mayor validez ante empresas e instituciones a partir de ahora, pues ya sea por necesidad o por practicidad los cursos en línea fueron una parte fundamental de que los alumnos, algunos, pudieran mantener su calidad educativa, además recalca que este tipo de educación puede ser hasta 29% más económica en México, que una presencial o híbrida. 

“El impacto de la educación en línea lo vamos a ver en 2 o 3 años y hay que incentivarlo para que también las empresas lo validen más. Es también más económico estudiar así y si mucha gente por la pandemia también perdió recursos es importante que se incentiven estas opciones de cara al futuro, pues cuando salgan a buscar trabajo los candidatos van a tener que complementar lo que saben y se van a apoyar en este tipo de educación online. La educación en línea no ayudaría a recortar estar brechas en el talento”, dijo Centeno en entrevista. 

De acuerdo con el experto, ahora que empieza este nuevo ciclo escolar será el momento de empezar a evaluar cuál será realmente el impacto de internet en la educación y la socialización de los estudiantes y en la brecha de talento para la próxima década en el país.