¿Alguna vez pensaste que la tecnología aplicada en un coche de Fórmula 1 podría salvar vidas? Y no hablo de los sistemas que se prueban en las pistas y después se implementan en los coches de calle, esto va mucho más allá.
Por muy diferente que parezca el cuerpo humano y los monoplazas de carreras, ambos tienen un punto en común muy importante, para poder entenderlos y cuidarlos correctamente, se necesita monitorearlos, de modo que sepamos qué es lo que pasa en su interior.
En la era moderna de la máxima categoría del automovilismo la ECU (Electronic Control Unit) se ha convertido en el “cerebro” del coche, por un lado es la encargada de establecer la secuencia de circuitos que se activan cada vez que se presiona un botón en el coche y por el otro lado es ahí donde todos los sensores descargan la información recabada durante las pruebas y la envía de forma inmediata a los ingenieros en el pitwall, los pits e incluso pueden mandarla directo a la fábrica.
Así, mientras el piloto va dando vueltas en la pista, los ingenieros pueden tomar decisiones para mejorar los tiempos de vuelta, además de saber el estado del motor, el consumo de gasolina, el desgaste de los neumáticos, entender algunas cosas de la aerodinámica, verificar el sistema hidráulico, etc. Los datos se envían por telemetría al garage a una velocidad de 2 a 4 Mb por segundo y son alrededor de 750 millones registros los que se obtienen en una carrera de 2 horas.
Gracias a esta información ha sido posible detectar patrones que advierten de una posible falla en alguno de los sistemas o mecanismos que controlan el coche, convirtiendo los datos en conocimiento y permitiendo que se tomen las medidas para corregir la falla antes de que afecte el funcionamiento de todo el monoplaza.
Tomando esta idea la escudería McLaren, encargados de la fabricación de la ECU usada actualmente por todas las escuderías, pensó que sus sistemas podrían ayudar más allá de las competencias de motor.
En 2012 el director de McLaren Electronics, Peter van Manen y la Dr. Heather Duncan coincidieron en un evento: «Cuando nos pusimos a charlar, nos dimos cuenta de que había una serie de procedimientos que hacemos de forma rutinaria en la Fórmula 1 y que se parecen bastante a los que se le realizan a un paciente en un hospital», explicó Van Manen a la BBC.
Fue entonces cuando los ingenieros de Woking y los médicos de pediatría del Hospital Infantil de Birmingham (BCH) pensaron en aplicar esos sistemas en los pacientes de cardiología que se encontraban en el hospital, con la esperanza de tener un mayor número de datos en tiempo real y con esto saber cómo se comporta el corazón momentos antes de sufrir un colapso. La idea era conseguir que este tipo de problemas se vuelvan predecibles teniendo tiempo de actuar antes de que ocurra una falla cardiaca, porque tal como pasa en las carreras de coches, cuando las cosas se empiezan a salir mal es poco el tiempo que hay para marcar la diferencia.
Lo que se hizo fue instalar el sistema usado en la ECU de los F1 en las computadoras del hospital, pudiendo medir así la presión sanguínea, nivel de oxigenación, respiración y los latidos del corazón. Este sistema puede tomar 125 mediciones del corazón por minuto por lo que da mayor información de lo que sucede en cada momento. Estos parámetros son recolectados por medio de un monitor y se transfieren en tiempo real al Sistema Vinculado de Adquisición de Telemetría Avanzada (ATLAS por sus siglas en inglés) desarrollado por McLaren para el análisis de los coches de F1. Por medio de técnicas y modelos matemáticos preestablecidos se analizan los datos igual que lo harían un fin de semana de carreras. A la vez, los datos se almacenan para poder acceder a ellos después y tener un historial del paciente mucho mayor, ya que los sistemas utilizados hasta el momento solo guardaban la información de las últimas 96 horas.
Pero no conformes con esto, también equiparon las ambulancias con sistemas que usando tecnología 3G envían información al hospital sobre el paciente desde el primer momento.
Los resultados de la implementación de estas tecnologías no se hicieron esperar. Al contar con un programa que alerta de manera temprana sobre posibles problemas cardiacos de niños que se encuentran en el hospital, de 18 casos que ocurrían al año con un 66% de mortalidad, a la fecha se tienen solo 4 casos al año con un 0% de mortalidad.
En McLaren no se conforman con eso, su ambición los lleva a seguir avanzando en el camino de la salud y bienestar de las personas. La idea de usar tecnologías inalámbricas para la prevención de cualquier tipo de padecimiento es uno de los puntos que más suena, al principio se pensó en una especie de yeso con una capa de sensores electrónicos que pudieran enviar la información vía internet, pero ahora ya se habla de que sea un prenda de ropa la que nos mantenga monitoreados. Los casos se siguen estudiando, pero no dudo que pronto tengamos una solución.
En fin, como siempre digo las carreras son mucho más que coches dando vueltas en una pista, la logística y la tecnología que usan en la Fórmula 1 también nos ayuda en nuestro día a día y sobre todo puede salvar vidas.