Hoy en día, muchos libros de programación tienen incluido un disco compacto (CD), o bien, dan acceso al código fuente de todo el libro directamente en una página web. En alguna ocasión tenía en la cama un libro sobre graficación en OpenGL con Delphi, me apoyé sobre él y se dañó el disco, lo rompí. El disco aún estaba en su sobre cerrado. Decidí escribir al correo de contacto de Wordware, mandando una foto del accidente que había tenido. Un par de semanas después me sorprendí con la llegada de un CD (normal, de los que se pueden comprar en las tiendas, con una copia de la información que supuestamente traería el disco dañado).

Y la realidad es que cuando uno está aprendiendo algún tema de programación, resulta siempre muy ilustrativo cargar el código del libro que estemos usando, compilarlo y ver qué hace. En general, el código ejecutable funciona como dice el libro. En otras ocasiones pudiese ser que estemos usando una nueva (o vieja) versión del compilador y haya que hacer algunas modificaciones menores. Esto del código fuente en disco compacto (o página web) ahorra problemas y tiempo.

Pero en términos de enseñanza, estoy empezando a dudar que sea tan útil esto. Miren ustedes: cuando estoy aprendiendo alguna técnica particular en programación y el autor del libro de texto me indica un programa ejemplo, que bien puede tener dos o tres cuartillas, quizás lo más razonable sea escribir el código directamente, es decir, copiarlo del libro al editor del compilador. La razón de esto es que al menos leemos una vez el código fuente (en general más, pues los errores de dedo los hallará fácilmente el compilador y habrá que hacer correcciones al respecto). En este acto de copiar el código fuente, probablemente entenderemos más qué está haciendo el autor para ilustrar algo sobre el tema de interés. Vamos, que en el fondo, copiar el código «a mano» no necesariamente es una pérdida de tiempo porque no se hace mecánicamente.

Aprender requiere de esfuerzo. No hay manera de aprender si el alumno no se involucra y trabaja para que logre comprender eventualmente lo que puede hacer con toda esta nueva información. Por eso, para sacar mejor provecho de estos discos con el código fuente en los libros de programación, quizás lo mejor sea tener a alguien que nos guíe en ese camino y que nos dé las cosas tal parcialmente digeridas para que quien aprende haga la otra parte. Porque no es tan fácil hacerse de la disciplina de empezar a escribir el código cuando éste ya se encuentra en formato electrónico. Es como perder el tiempo tecleando algo que ya alguien hizo por nosotros. Pero tal vez no estemos perdiendo el tiempo…

¿Qué piensan los lectores binarios de unocero?