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De ética y virus

Hace mucho tiempo me entró un virus. No me acuerdo cómo es que se infiltró en mi sistema (tengo el AVG antivirus), pero el caso...

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Hace mucho tiempo me entró un virus. No me acuerdo cómo es que se infiltró en mi sistema (tengo el AVG antivirus), pero el caso es que empezó a aparecer una ventana, que ocupaba un cuarto de la pantalla en donde se me informaba que estaba infectado. para quitarlo, me remitían a un sitio web, el cual me cobraba unos 50 dólares por darme el antídoto a este mal. El virus y su correspondiente vacuna  aparentemente estaban hechos por el mismo autor o autores, es decir, los infelices -si lograban infectar una máquina- pedían “rescate” por desinfectarla. En ese entonces decidí que no me iba a dejar chantajear y finalmente, a eso de las 3 am, hallé un oscuro programa (que funcionaba en modo consola) y que funcionó, quitándome el virus aquel.

Ayer me pasó algo parecido. De pronto aparece una ventana de un supuesto antivirus llamado System Care Antivirus. Revisó mi disco y halló un sinfín de virus. Esto sonaba sospechoso, porque en general mi sistema está libre de tanto parásito y malviviviente cibernético. Decidí quitar ese programa, el cual no recordaba haber instalado (pero ahí había un icono para ejecutarlo) pero el sistema se negó. Quise entonces entrar a la lista de procesos y el sistema me avisó que el taskmanager estaba infectado. Intenté entrar a Internet, pero de nuevo se me indicó que Chrome estaba infectado. Eso no podía ser. Evidentemente aquí había una trampa.

No me llevó mucho tiempo hallar que ese System Care Virus es un programa que simula revisar la máquina, pero como el primer programa que mencioné al inicio de este artículo, era falso y de nuevo, me pedían unos 99 dólares por registrar mi producto y librarme de toda esa problemática que -literalmente- había imposibilitado cualquier función de mi sistema.

Entré a Internet (desde otra computadora) y al poner en Google “System Care Antivirus”, hallé lo que sospechaba: un programa disfrazado de antivirus cuya función es asustar al usuario diciéndole que tiene N bichos en su máquina y que por unos dólares me podían mandar la vacuna universal y mantener mi máquina libre de todo mal. Entre las posibles soluciones (porque cualquier programa tiene una cantidad limitada de maneras de instalarse en el sistema), lo primero que e me pedía era entrar a Windows pero en modo protegido con funciones de red. Ahí, me decían que bajara un par de programas para quitar el virus, cosa que hice, pero antes me fijé en donde estaba instalado el System Care Antivirus. Lo hallé en c:\ProgramData\, el cual estaba en una de esas carpetas que tienen montones de números y letras. Ahí había 3 archivos: uno con terminación “exe”, otro con terminación “ico” y uno más con terminación “dat”. Los borré los tres, borré esa carpeta y reinicié… Y listo, desapareció el problema.

El punto es que este infame programa, que de verdad, no sé cómo se coló en mi sistema, me quitó una hora de mi vida. Estaba intentando escribir un programa para procesar una serie de imágenes y tuve que abandonar la tarea ante la imposibilidad de poder usar mi máquina por esta tonta infección.

Pero más allá de eso, me resulta inconcebible que existan programadores que prácticamente con un chantaje tan burdo (o incluso muy sofisticado) busquen hacerse de dinero. Evidentemente los programadores de esta trampa cibernética no eran muy hábiles, pero es claro que usaron un par de trucos para hacer difícil desaparecer la “infección”. En ese sentido son delincuentes, porque meten un programa avieso para sacar ventaja del mismo. Y eso está totalmente fuera de la más elemental ética. En fin, ya nada me sorprende del ser humano.

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