La popular serie de Netflix, “El Juego del Calamar” donde un grupo de personas juegan a muerte por un millonario premio y que sirvió de inspiración para crear la criptomoneda SQUID ya cobró a sus primeras víctimas.
El hombre identificado por la CNBC como Bernard, con residencia en Shanghai invirtió todos sus ahorros en la criptodivisa que ahora cotiza en cero dólares.
SQUID alcanzó un precio de poco más de 2, 860 dólares antes de caer estrepitosamente y no valer nada, según informes de CoinMarketCap. De acuerdo con la víctima, la inversión en el token digital tuvo que ver con el éxito de la serie.
La criptomoneda con la que no ganas
Los creadores de SQUID recolectaron al menos 3.4 millones de dólares en fondos de inversionistas; se cree que los inversionistas cayeron en un esquema llamado “extracción de alfombras”, en este esquema los fundadores de criptomonedas abandonan abruptamente los proyectos llevándose los fondos de los inversores cambiando la moneda digital por efectivo.
Al respecto, los creadores de la criptomoneda señalaron por medio de su canal de Telegram, “Squid Game Dev no quiere seguir ejecutando el proyecto porque estamos deprimidos por los estafadores y abrumados por el estrés”, el canal cuenta con 89 mil miembros.
Bernard sostiene que la culpa de la estafa fue de los medios, quienes no informaron adecuadamente a las personas permitiendo el robo de sus ahorros.
Luego de la estafa el libro blanco y el sitio web del token desaparecieron de la red, aunque las copias archivadas continúan disponibles. Asimismo, Twitter restringió la cuenta de SQUID debido a “actividad sospechosa”, informó la CNBC.
Las banderas rojas de SQUID
De acuerdo con Saurabh Dubey, un entusiasta de las criptomonedas desde 2016 y quien también invirtió en SQUID, pudo notar algunas inconsistencias en el movimiento de la criptodivisa.
Una de las alertas más importantes para Dubey fue que la moneda nunca bajó de precio, según comenta, las criptomonedas se dan “un chapuzón” antes de estabilizarse, por el contrario SQUID estuvo a la alza durante cinco días seguidos.
Asimismo, el inversor de criptomonedas notó que ninguno de los fundadores tenía perfil en LinkedIn, además de que su libro blanco estaba lleno de errores gramaticales y ortográficos.
Si bien en el caso de Dubey la inversión no fue de alto riesgo, personas como Bernard perdieron los ahorros de sus vidas.