Científicos del Salk Institute for Biological Studies de California, han conseguido por primera vez mantener y cultivar en el laboratorio un número ilimitado de células que son precursoras del riñón. Un avance que permitiría la posibilidad de crear un riñón trasplantable.
La OMS refiere que la enfermedad renal crónica afecta a cerca del 10% de la población mundial. Esta es una condición que se puede prevenir pero no tiene cura, suele ser progresiva, silenciosa y no presentar síntomas hasta etapas avanzadas, cuando las soluciones como la diálisis y el trasplante de riñón ya son altamente invasivas y costosas.
En el estudio los investigadores lograron conservar un cultivo de células progenitoras de nefrona (la unidad estructural y funcional básica del riñón responsable de la filtración de la sangre y de la excreción de la orina). Lo cual significa un punto de partida para la creación de riñones humanos funcionales o, así como el desarrollo de terapias que permitan reparar riñones cuya función está disminuida.
Normalmente, las células progenitoras de nefrona (CPN) están presentes en los humanos, durante una breve etapa del desarrollo embrionario. Después de la vida embrionaria, no tenemos las CPN que permitirían hacer crecer nuevo tejido renal.
Anteriormente, se habían utilizado otros métodos para conseguir crear células precursoras de riñón que sobrevivieran en el laboratorio. Sin embargo, en estas tentativas, las CPN maduraban en células de riñón adultas en cuestión de días y no dejaban células progenitoras para estudiar.
El descubrimiento se ha basado en la utilización de un cultivo donde las células podían crecer en un entorno tridimensional y no en un plano bidimensional, así como en una nueva combinación de moléculas de señalización, lo cual ha permitido conservar las CPN durante más de quince meses.
Las células, gracias a estas nuevas condiciones, pueden ser inducidas a convertirse en estructuras de nefronas en el laboratorio o cuando se trasplantan en animales. El equipo del Salk Institute utilizó CPN embrionarias, así como otras, generadas de células madre, para ajustar el protocolo para el uso humano y se ha podido demostrar, en ambos casos, que las CPN se podían mantener a largo plazo.
Ahora, el siguiente eslabón que se deberá superar es el de profundizar en la investigación sobre cómo poder cultivar otros tipos de progenitores indispensables para regenerar un riñón entero. “Si somos capaces de cultivar otras células progenitoras, estaremos más cerca de crear un riñón trasplantable”, dijo Zhongwei Li, responsable de la investigación.
Por otro lado, el cultivo tridimensional utilizado en este estudio puede aplicarse, potencialmente, para la formación de otros tejidos orgánicos de repuesto para atender algunas de las enfermedades más comunes como por ejemplo el desgaste del cartílago en las articulaciones.