En agosto pasado quedó oficialmente establecida la CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos, subsidiaria de la CFE cuyo objeto -de conformidad con el acuerdo de su creación (publicado en el Diario Oficial de la Federación)– es proveer servicios de telecomunicaciones, sin fines de lucro, para garantizar el derecho de acceso a las tecnologías de la información y comunicación, incluido el de banda ancha e Internet.
Para dar cumplimiento a su objeto, CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos tiene prevista la instalación de Internet inalámbrico en todo el país, abarcando carreteras, plazas públicas, centros de salud, hospitales, escuelas y espacios comunitarios, y para ello requiere de inversiones importantes de capital.
En ese tenor, el Gobierno de México está contemplando otorgar mil 95 millones de pesos a la subsidiaria, de acuerdo con el Proyecto de Presupuestos de Egresos de la Federación 2020.
Para caso de que pienses que este dinero de inicio de desarrollo es demasiado costoso para el país, Ernesto Piedras -analista y experto en Telecomunicaciones de The CIU- dijo “Es muy caro desplegar infraestructura en México. Tenemos todas las topografías, por eso el ferrocarril fue tan caro, pero sí tienes alternativas tecnológicas para conectar a los desconectados. La idea podría ser llegar con tecnología fija, pero la vigente es la móvil y si aún así no les llegas, usas los satélites”.
Pero más allá de utilizar la infraestructura de CFE para conectar el territorio nacional, el reto para CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos será conectar la última milla, que es el fragmento en el que termina la infraestructura existente y que debe continuarse hacia las zonas alejadas. Y esto es extremadamente costoso.
La idea del Gobierno de México es que con la instalación de internet inalámbrico en todo el país se combata la marginación y la pobreza, con el objeto para lograr la integración de las zonas deprimidas a las actividades productivas del país.