Amazon, por ejemplo, ha dicho que vende más libros electrónicos que en papel, y puede ser, gracias a la tecnología de las tabletas Kindle, originalmente hechas para leer documentos electrónicos y ahora para jugar, ver videos o llevar las calorías consumidas.
Para obtener un libro electrónico, el proceso es tan fácil como entrar al gran catálogo que tiene Amazon o Barnes & Noble, entre otras tiendas de libros gigantescas. Acceder al volumen que queremos, pagarlo con la tarjeta de crédito y, literalmente, tenerlo en nuestro dispositivo en un par de minutos.
Además de estas tablets para lectura, Amazon permite leer vía una aplicación para la PC. Con ello se incrementa el mercado potencial de lectores, aunque plantea una serie de problemas a los que distribuyen los contenidos, porque es claro que nadie quiere que les roben sus derechos legítimos de autores.
Si usted usa un Kindle u otra tableta dedicada a la lectura de libros electrónicos, probablemente no pueda copiar esos archivos para pasarlos a otras computadoras, propias o de terceros. Amazon, por ejemplo, ha tomado sus precauciones para que un libro electrónico no pase de mano en mano digitalmente, es decir para evitar la reproducción del archivo.
Sin embargo, no parece importar si hay libros protegidos contra copias,o si se hace difícil desbloquearlos para compartirlos con todos. Y no importa por qué hay en el mundo personas dispuestas a escanear si es necesario todo tipo de libros y subirlos a servidores de archivos como 4shared o depositfiles, por ejemplo.
Desde luego que hay muchos libros escaseados deficientemente, pero hay otros que no, que hasta parecen originales sacados de la edición electrónica. Para muchos basta con tener la información, aunque se encuentre en escaneos manchados o con páginas que aparecen torcidas, otros buscarán una edición mejor escaneada y. aunque tengan el libro en formato PDF, querrán comprarlo en papel. Tal vez esto es el recurso de algunos personajes que en la mejor tradición librera saben que no hay como un libro original, hojearlo, revisarlo e incluso olerlo, saborearlo con la vista, sentirlo físicamente.
Este problema de los libros electrónicos tiende a ser cada vez más común. Ya hay una buena cantidad de libros digitalizados en los más diversos temas, desde autoayuda hasta física cuántica, pasando por zootecnia. Con estos formatos electrónicos, compartir información es cada vez más fácil y hay cada vez más herramientas para un escaneo más limpio, como la que se muestra aquí o esta otra. Me queda claro que la piratería de obras digitales como los e-books se convertirá en un tópico a discutir.