Microsoft ha luchado desde sus inicios contra la piratería de software. Hay de hecho una carta abierta que Bill Gates escribiera al respecto hace muchos años. Es claro que ninguna empresa podría sobrevivir en el mercado si no encontrase la manera en que la gente adquiriese sus productos de manera legal. La investigación y desarrollo en cualquier rubro es costosa y en software no es la excepción.
Microsoft ha tomado cartas en el asunto desde hace mucho tiempo y creó un sistema que de alguna manera, vía Internet, podía saber si la gente tenía instalados legalmente sus productos. Esto permitía además a la empresa, hacer una serie de actualizaciones a estos productos que estuviesen registrados. De alguna manera, quien quería actualizar sus sistemas, al conectarse a los servidores de Microsoft para descargar los programas necesarios, se validaba que la instalación del producto fuese legal. El esquema de Microsoft además permite a la fecha actualizar el hardware y avisarle al fabricante de Windows que se puso un nuevo disco duro, más memoria, más dispositivos o incluso, se cambió toda la tarjeta madre. Quiero creer que esta medida debe haber reducido la piratería de los productos de Microsoft por un buen tiempo.
Pero es claro que los piratas no se iban a quedar con los brazos cruzados y hay incluso en la red un sinfín de versiones de Windows “crackeadas”, es decir, que no mandan los números de la licencia al sistema de productos legalmente instalados de Microsoft y por ende, la gente puede hacerse de Windows u Office, por mencionar dos de los programas más usados en el mundo, pagando una parte mínima de lo que cuestan los productos originales. Desde luego estos programas no se pueden actualizar porque el sistema se daría cuenta que la versión que quiere la actualización no es legal. Y de hecho, quien decide tratar de descargar estos programas, probablemente se lleve la sorpresa que de pronto aparece una ventana indicando que la versión de su software es ilegal.
Sin embargo, Microsoft sigue trabajando en esta campaña antipiratería de sus productos, y como no bastan los esquemas electrónicos, ya sea porque los piratas son más sofisticados y violan los controles más complejos o por las razones que sean, la empresa sigue una práctica que arrancó cuando se creó el capítulo local de la BSA (Business Software Alliance) de la cual Microsoft es importante miembro. Las cartas que está mandando a muchas compañías grandes, medianas y chicas, es esta:
Estimado/a Señor/a
Para iniciar reciba un saludo cordial y respetuoso de parte de Microsoft México.
Actualmente estamos liderando una campaña que el Departamento de Propiedad Intelectual de Microsoft México está iniciando con clientes de los cuales no contamos con la suficiente información que permita corroborar la legalidad de sus activos de software Microsoft.
El software no original, es decir, sin sus correspondientes licencias, expone a la compañía que lo utiliza a importantes riesgos legales y corporativos tales como: La posible pérdida de información por utilizar programas incompletos, la incorporación de programas espías, de virus informáticos y la imposibilidad de acceder a actualizaciones de seguridad necesarias para el normal funcionamiento de sus sistemas informáticos.
Por otro lado, con base en la Ley Federal de Derechos de Autor, las infracciones en materia de comercio podrían llegar a sumar hasta 40.000 días de salario mínimo vigente a quién persista en la infracción de trabajar con software no original.
Por medio de este ventajoso programa su empresa podrá tener acceso gratuito a un consultor experto en licenciamiento que le podrá dirigir y asesorar para que su empresa tenga la seguridad que cuenta con todas sus licencias de productos Microsoft al día.
Estamos seguros que usted apreciará nuestros esfuerzos para asesorarlo adecuadamente y ayudarle a comprender y minimizar los riesgos legales y corporativos asociados al uso de software no original.
Con el objeto de ir adelantando flujos, Microsoft pone a su disposición una herramienta para medición del software instalado que ha comprobado ser de gran utilidad y que se denomina “MICROSOFT ASSESSMENT AND PLANNING TOOLKIT (Herramienta de valoración y planeación de Microsoft (en Inglés) la cual puede ser descargada gratuitamente en el sitio web de Microsoft y adicionalmente el FORMULARIO ACTUALIZACIÓN DE SOFTWARE MICROSOFT”. Este formulario debe ser enviado una vez haya sido completado al correo electrónico [email protected] ó también puede escribir a ese mismo correo electrónico con inquietudes sobre el formulario o el proceso.
Estamos convencidos que la participación de su empresa en esta iniciativa seguramente le traerá grandes beneficios por lo que le invitamos a tomar ventaja de esta oportunidad El número telefónico de asesoría sin costo que se ha establecido para esta iniciativa es el número + 52 (55) 145 49 780 Ext. 132 o el 1 888 488 63 62 en los Estados Unidos.
En nombre de Microsoft México, además de agradecer su atención, le extiendo nuestro más profundo respeto
Cordialmente,
Héctor Ocadiz Reyes.
Anti – Piracy Lead
Microsoft México
Hasta aquí la carta. Es decir, Microsoft busca -al menos en nuestro país- que las empresas, pequeñas, medianas o grandes, les digan qué programas tienen instalados en sus máquinas. Para ello advierten de grandes multas, las cuales podrían hacerse acreedores por usar software comprado de manera ilegítima.
La carta de Microsoft -desafortunadamente-intimida porque es mala idea amenazar a terceros para que le den información. Aquí al menos hay un problema en quien tomó la decisión de mandar una carta en ese tenor. Vamos, que si hay empresas que tienen software pirata de la compañía que sea, saben a qué se arriesgan pero además, para poder actuar contra una empresa que presuntamente tenga software ilegal deben pasar dos cosas, que las empresas afectadas inicien una querella y la segunda, que un juez “obsequie” (como dicen en la jerga legal), una orden judicial para poder hacer una auditoria. Sin ello, nadie puede hacer nada.
Cabe decir que ninguna compañía que haya recibido la carta de Microsoft está obligado a contestar un cuestionario en donde se le piden los datos de su empresa, el número de empleados que tiene y menos la lista de software que tienen instalado de Microsoft. Es más, es probable que Microsoft tampoco pueda usar demasiados recursos para perseguir a todos los que usen software pirata, por lo que probablemente, en caso de hallar a un infractor, buscarán que sea un “pez gordo”, una empresa grande, porque sino, los esfuerzos para reducir la piratería serían muy costosos y con pobres resultados.
Pero termino con la carta. ¿Cuáles son los grandes beneficios para la empresa que ayude a Microsoft en su campaña, a los que apela en su misiva? ¿Les regalarán software? ¿Les darán una plaquita indicando que son usuarios legales? Vamos, ¿qué incentivo tendrían las empresas en ayudar a Microsoft? Da la impresión que sólo son palabras. Porque finalmente estar con software legítimo debería ser una obligación y ya y quien no cumpla con ello, arriesgarse a las posibles sanciones, de parte de alguna empresa que los acuse. Pero el apelar a que las empresas se regularicen (probablemente pagando las licencias que usan ilegalmente) no veo que sea negocio más que para Microsoft. Y algo curioso: el gigante de Redmond ofrece “tener acceso gratuito a un consultor experto en licenciamiento”… Bueno, sólo faltaba que cobraran por ello.
En breve, la carta asusta, el destinatario sin duda se puede sentir amenazado y además, probablemente los términos usados en la misma la conviertan en ilegal. Hay empresas que se dedican a cobrar carteras vencidas y este tipo de cartas está considerado fuera de la ley desde hace mucho tiempo. No veo por qué para Microsoft no debiese serlo.
Puedo entender que Microsoft defienda sus intereses, pero creo no es la manera ni la forma. No me parece que pueda tener éxito una campaña que en el fondo aterroriza a los usuarios. Lo que puede provocar en un principio es que muchas empresas decidan irse “por la libre”, por ejemplo, usando OpenOffice o LibreOffice y así salirse rápidamente del problema de tener piratería instalada en sus máquinas.
El asunto puede sin embargo zanjarse fácilmente: ¿No quiere ser amenazado por tener software ilegal? Pues no caiga en esta práctica. Si considera que el software propietario le es indispensable, cómprelo, es un valor de su empresa. Si en cambio, piensa que el software propietario es demasiado costoso o restringido, puede siempre optar por productos de código abierto, gratuitos y libres, por los cuales no hay que pagar nada. Hay alternativas abiertas a las comerciales. Es una decisión que hay que ponderar.