Voy por la calle y veo en los anuncios del Metrobus uno que llama mi atención: se trata de tres personas, presumiblemente padre, madre e hija, frente a un monitor de computadora plano. No sé qué observan, pero se les ve felices. Más abajo entonces aparece una leyenda en donde se habla de que el gobierno apoyará -literalmente con dinero- a los trabajadores para que se hagan de una computadora y desde luego, acceso a Internet. ¿A quién beneficiará este programa? ¿De verdad es una buena idea?
En este país en el que nos ha tocado vivir, sospechamos de muchas de las acciones del gobierno. Si se hace una obra, le asignamos tintes electorales, o al menos, de simpatía a un partido político. Otras acciones las asociamos directamente con la manipulación gubernamental. En suma, nunca estamos contentos… aunque seamos francos, nos han dado más que motivos para esta actitud. Por ello, el programa “compuayuda” nos da en qué pensar.
La idea es que a través de un crédito vía el Fondo del Fomento y Garantía para el Consumo de los Trabajadores (FONACOT), trabajadores mexicanos podrán adquirir materiales de computo. El crédito se podrá obtener hasta por tres mil quinientos pesos a una tasa preferencial del 12%, lo que representa un 1% mensual. Además, se especifica que mediante una colaboración con los proveedores de Internet, se podrá acceder a este servicio por una tarifa especial de 99 pesos mensuales (bien podrían ser 100, pero siempre la mercadotecnia nos hace pensar que 99 es mucho menos que 100), por un contrato anual. Hay que recalcar que el Gobierno Federal “pretende regalar” tres de esos doce meses de acceso a Internet de banda ancha.
Dice el Presidente Calderón que con el programa CompuAyuda se busca “disminuir la brecha digital”. No obstante, sólo tendrán acceso a este beneficio aquellos trabajadores que ganen menos de cinco salarios mínimos. Por su parte, al ser un crédito otorgado por el FONACOT, los beneficiarios deberán ser derechohabientes del sistema de seguridad social y el préstamo será descontado directamente de su salario. Así pues, como que el programa CompuAyuda ni ayuda tanto, porque finalmente es un préstamo con un interés del 12% anual (bajo, sí, pero no nulo).
Cabe pensar si de verdad se puede estimular la idea de disminuir la brecha digital con estas acciones. Mientras se tengan estos salarios mínimos de pena ajena, la gente estará en general más preocupada por comer que por hacerse de computadora y acceso a Internet. Estos programas son como placebos: parecen que ayudan pero en realidad no disminuyen nada la problemática. Y la razón es que buscamos poner computadora e Internet a más gente, aunque la realidad nos muestre que una buena proporción de mexicanos no tiene acceso a los servicios mínimos de cualquier ser humano y que más del 50% de la población mexicana califica en la pobreza.
Pero vayamos a algunos datos duros, que evidentemente no están en el anuncio presidencial:
- México esta ubicado en el lugar numero 52 de 70 países por su tasa de conectividad e infraestructura en Tecnología de Información y Comunicación (TIC).
- Únicamente el 30% de los mexicanos cuentan con acceso a Internet.
- Según datos del World Economic Forum, The Economic Intelligence Unit, International Comunications y de la Organización de las Naciones Unidas, los servicios de conexión en México son de los mas caros y lentos de los países miembros de la Organización para el Desarrollo y Crecimiento Económico (OCDE).
- De los 34 países México se ubica en la posición numero 21 por costo de accesibilidad, la consecuencia directa es el rezago tecnológico de nuestro país.
Así pues, la brecha digital no es un tema que pueda disociarse del problema educativo que tiene el país. No se puede considerar ningún posible avance cuando tenemos a la “maestra” Elba Esther Gordillo, como lidereza a perpetuidad de uno de los sindicatos más grandes e importantes del país, en donde nos ha mostrado incompetencia, corrupción (¿recuerdan la dizque rifa de las hummer?), amén de que la “maestra” tiene una dicción peor que la de cualquier alumno de escuela primaria pública y que a duras penas sabe leer. Las computadoras no pueden eliminar ni lejanamente al problema que sufre el país de raíz, la educación.
A todo esto, y sin afán de echarle más limón a la herida, la página www.compuayuda.gob.mx ni siquiera funciona. En fin, quizás a más de uno le parezca que no soy siquiera benevolente con la buena intención de este programa “CompuAyuda”. Y sí, reconozcamos que hay buenas intenciones, pero de buenas intenciones está empredado el infierno.