Cuando llegó la tecnología en 3D a nuestros hogares con las pantallas compatibles con la tercera dimensión, una pregunta salió a la luz: ¿Qué pasa si la persona de al lado no tiene los lentes especiales para 3D pero aún así quiere gozar de la televisión en formato digital? Hasta ahora, toda la audiencia con una televisión en 3D —quiera o no— tenía que usar lentes especiales para apreciar la ilusión de tridimensionalidad. Todo esto se acabó debido a un sistema que permite ver televisión en 3D y 2D de manera simultánea. Esto es ‘compatibilidad retroactiva’.
A pesar de que la modalidad 3D podría convertirse en un estándar de manufactura de las televisiones del futuro, aún existen personas que sufren de fuertes jaquecas y mareos al someterse a cortas sesiones de esta tecnología. Para ayudar a este sector de la población a no sufrir en cada ocasión que se pone frente a la pantalla, el Instituto de informática de Max Planck en Alemania desarrolló un sistema conocido como Backward–compatible Stereo 3D, un sistema para ver 3D en 2D sin necesidad de usar lentes o forzar la vista.
El estudio, también desarrollado en conjunto con otros departamentos de ciencias de Alemania y Francia, se basa en un nuevo entendimiento de la forma en la que nuestro sistema visual reacciona a las imágenes estereoscópicas en 3D. Durante una sesión ordinaria en un sistema tridimensional, dos imágenes superpuestas generan una imagen que luce como si tuvieran profundidad y volumen. Cuando uno se pone los lentes especiales, estas imágenes se juntan para lograr el efecto completo. Este efecto visual se conoce como disparidad binocular.
La disparidad binocular fue lo que los científicos encargados de este proyecto decidieron atacar para evitar que las personas que no usen lentes pasen un mal rato al ver una imagen fuera de foco en lugar de una en alta definición. Los desarrolladores de la Compatibilidad Retroactiva se enfocaron en la manera en la que nuestros ojos perciben el volumen y las distancias de los objetos reales debido a las cualidades de las sombras, los ángulos, etc. No obstante, la tecnología exacta de como esto funciona aún permanece como confidencial, por lo que lo único que sabemos al respecto es que utiliza el principio de la Ilusión Cornsweet, una técnica para ‘dividir’ imágenes y establecer profundidades con el uso de leves diferencias cromáticas casi invisibles para el uso humano.
El resultado es una imagen en apariencia igual en pantalla que puede ser apreciada tanto por el usuario sin lentes como por el que usa gafas especiales para 3D. Este sistema fue registrado ante TandemLaunch Technologies, un instituto canadiense encargado de registrar las patentes tecnológicas del momento para su uso comercial.
Referencias: GizMag y MaxPlanckGesellschaft