El ojo humano es parte de un complicado proceso en donde en el ver algo interviene el cerebro. Por una parte, el ojo transmite las imágenes que vemos, las cuales finalmente son procesadas por el cerebro. Digamos que el ojo ve, pero quien hace la tarea de interpretar lo que ve es el cerebro. Sin éste, nuestros ojos serían más o menos como cámaras que simplemente mandarían imágenes por el nervio óptico sin ninguna trascendencia, pues no habría nada atrás para ser interpretadas.
La fisiología del ojo ha sido muy estudiada. Las imágenes que observamos a través de nuestros ojos se crean a través del cristalino que dirigen la luz a la retina, localizada al fondo del ojo. La retina contiene fotorreceptores, los cuales son llamados conos y bastones, quienes responden a la luz. Los conos y bastones reaccionan a ciertas longitudes de onda mandando señales eléctricas mediante los nervios a las áreas del cerebro responsables de la visión. Los conos y los bastones tienen papeles perfectamente diferenciados y en conjunto trabajan muy bien. El ojo humano tiene alrededor de 120 millones de bastones y entre seis y siete millones de conos.
Los conos son los responsables de la visión a color y las imágenes detalladas que la mayoría de las personas percibe en la luz de día. Existen tres tipos diferentes de conos en el ojo humano y cada uno responde a diferentes longitudes de onda, es decir, a la luz de los colores. Existen además los bastones los cuales, curiosamente responden al rojo, al azul y los que responden al verde (de ahí que el modelo RGB sea tan popular). 2/3 de ellos responden al rojo, 1/3 responden al verde y una mínima proporción responden al azul, aunque estos son los más sensibles.
Y todo esto al final del día tiene que ver con la percepción visual que tenemos del derredor. En el siguiente experimento, veremos cómo el cerebro puede hacer que veamos una imagen en tonos de gris (popularmente llamada en blanco y negro), en color. Todo tiene que ver con los conos, que como dijimos, tienen una relación íntima con la visión en color. En el experimento lo que se intenta es sobreestimular cierto tipo de conos particulares y hacerlos que «se cansen» y entonces, no respondan a los estímulos. Esto hará que los ojos temporalmente usen solamente los dos tipos de conos restantes, los cualesb muestran el color opuesto, el complementario (por ejemplo, rojo contra verde y azul contra amarillo). Después de un par de segundos, los conos se «recargan» y entonces nuestros ojos permiten que veamos el color de nuevo.
El video muestra una imagen en blanco y negro. Poco más adelante aparecerá dicha imagen colorizada artificialmente (con los colores complementarios) y le pedirán en el video que vea con atención y concentradamente el punto azul de la pantalla. Hágalo y de pronto, le pondrán la imagen en blanco y negro y verá, para su sorpresa, que dicha imagen se ve en color por un instante. Es un efecto verdaderamente asombroso.
Referencias: