Cuando ocurre un movimiento telúrico, un sismo, gran parte de la energía acumulada en la corteza terrestre se libera como calor y otra parte es irradiada en forma de ondas sísmicas. Charles Richter, en los años 30s del siglo pasado, estudió este asunto de la magnitud de un sismo, buscando hallar un parámetro para describir la energía que estos movimientos liberan.
Para entender o siquiera imaginar la cantidad de energía liberada en un sismo, de acuerdo a la escala elaborada por Richter, se puede comparar esta con la cantidad de energía que se desprende durante una explosión nuclear o la energía que se libera por la detonación de la dinamita (TNT).
Para contrastar los datos, la potencia de la bomba atómica fue de 13 kilotones, es decir que se necesitarían 13 mil toneladas de TNT para tener una equivalencia de la potencia de dicha bomba. 1000 kilogramos de TNT liberan 4000 veces más energía que la necesaria para alzar un coche de 1000 kgs de peso a una altura de 100 metros.
La siguiente tabla muestra la equivalencia de energía de acuerdo a la escala de Richter, la energía liberada, su costo en daños y la frecuencia mundial de ocurrencia de estos sismos.
Esta tabla dice que la escala de energía liberada por un sismo es logarítmica, es decir, no es lineal. En general se va multiplicando la energía por 32 para cada punto en la escala Richter. Un punto en la escala de Richter más es 32 veces más destructivo que el valor anterior.
Así pues, imagínense la cantidad de energía que se requiere para mover estas gigantescas masas de tierra que son las ciudades, con sus construcciones, con sus calles, con todo ese pavimento sobre ellas, con todos esos segundos pisos y carreteras. Es inimaginable toda esta energía junta.
Placas tectónicas
Cabe decir que los sismos se generan por movimientos de las placas tectónicas, que es donde éstas se juntan en el planeta. Hay una serie de ellas y en donde las placas se tocan se crean las fallas sísmicas. Una de estas fallas es la de San Andrés, en California, que es probablemente la falla más estudiada en todo el mundo.
Yuri Fialko, de la Universidad de California en San Diego, ha medido las deformaciones de la Falla de San Andrés y ha detectado un desplazamiento de unos 8 metros. Esto puede ser suficiente para provocar que se acumule mucha energía que eventualmente será disipada. No se sabe si se liberará esta energía en temblores pequeños o de una sola vez. Si ocurre esto último, podría darse un sismo de unos 7.5 a 8 puntos en la escala de Richter. Esto sería muy parecido en magnitud al que sufriera San Francisco en 1906.
Referencias: UNAM, New Scientist