Cada que alguna empresa emite una comunicación con sus clientes, suele hacerlo por medios electrónicos que pueden incluir un email o SMS. Lo más importante para diferenciar un texto auténtico de uno fraudulento es:
- Preguntarse: ¿Anteriormente me envió mi banco/proveedor de servicio este tipo de información? Los correos fraudulentos suelen notificar de algún premio o recompensa, así como de algún supuesto problema con el servicio.
- Leer cuidadosamente el texto: usualmente, los correos o SMS de contacto suelen tener faltas de ortografía que se perciben fácilmente. Ya sea un acento, letras o mala redacción, los defraudadores suelen cometer vez tras vez este error en sus comunicados.
- Verificar los enlaces: En todos los navegadores web, cuando se coloca el puntero del mouse sobre un link se puede ver el destino del enlace en la parte inferior de la ventana. Si se trata de un mail ilegítimo, el enlace llevará a una página que en apariencia será auténtica, pero la dirección estará basada en una URL que no tiene nada qué ver con la supuesta institución que contactó al usuario.
De caer en el engaño, el usuario será requerido con datos personales que podrían poner en peligro su información, llevando a importantes fraudes monetarios.
Otro ejemplo de fraudes es el de correos electrónicos donde se suplanta la identidad de una persona que es amigo o conocido del usuario. Como la cuenta de correo es tomada por el atacante, el mail procede de ésta misma y hace que el receptor entre en duda sobre la autenticidad del texto.
En este caso se puede ver un texto donde se plantea la situación de un viaje y que la persona conocida por el usuario tuvo un percance, por lo que se pide un préstamo para solventar los gastos.
Finalmente, los SMS sobre rifas o supuestas promociones también son muy populares. En el ejemplo a continuación primero llegó una notificación de que había un mensaje por cobrar en espera; cuando se autorizó el ingreso del SMS, resultó tratarse de una supuesta promoción del Telcel.
Lo más notable de este texto es la gran recompensa ofrecida por haber “hecho la recarga #100 mil”; obviamente se trata de un ejercicio fraudulento donde, si se hace la llamada al número indicado, posiblemente se pedirá que se haga algún depósito o cualquier otra transacción para obtener el “gran premio”.
Cada mensaje enviado de alguna de estas formas no se debe tomar a la ligera, pues son intentos de fraude virtual que pueden afectar a cualquiera; por eso es importante que los usuarios de todas las edades conozcan este tipo de información para evitar ser víctimas de estos intentos aleatorios por lucrar con la ingenuidad de las personas.