Hace unos pocos días falló en el Aeropuerto de la Ciudad de México uno de sus radares, y media centenar de vuelos tuvieron dificultades por espacio de un par de horas, tanto para entrar a la central aereoportuaria como para salir de la misma. La razón parece ser simple: el radar es un dispositivo esencial en la operación de cualquier aeropuerto, porque lleva control de dónde están las aeronaves cuando se encuentran en el aire.
Pero… ¿cómo funciona un radar? Empecemos por decir que la palabra «radar» (RAdio Detection And Ranging, “detección y medición de distancias por radio”) es un sistema que utiliza ondas electromagnéticas de ciertas frecuencias, para medir distancias, altitudes, direcciones y velocidades de objetos estáticos o móviles como aviones, barcos, vehículos, e incluso variaciones en ciertos terrenos. Su funcionamiento es simple: se emite un impulso de radio, que se refleja en el objetivo y se recibe típicamente en la misma posición del emisor. A partir de este «eco» se puede extraer gran cantidad de información y saber dónde se encuentra el objeto en cuestión. Se pueden usar diferentes longitudes de onda para detectar diferentes tipos de objetos.
El modelo de radar actual nació en 1935 y parte del desarrollo se debió a la Segunda Guerra Mundial. Fue el físico Robert Watson-Watt uno de los artífices del radar moderno, que supuso una ventaja en la Batalla de Inglaterra para los propios ingleses Y aunque el radar fue desarrollado para la guerra, tiene un sinfín de aplicaciones civiles, siendo la más importante, la del control de tráfico aéreo.
La idea del radar no era simplemente localizar a los aviones enemigos, sno que se buscaba poder lanzarles algo así como «un rayo de la muerte». la idea de Watson-Watt era lanzar un rayo que elevaría la temperatura del piloto a unos 41 grados centígrados, provocándole una alta fiebre para discapacitarlo. Sin embargo, ese eventual rayo de la muerte no era víable de ninguna manera. Aún así, el radar podía tener aplicaciones interesantes
El radar hoy en día es muy sofisticado porque lleva cuenta de muchos aviones que están en el aire, a punto de aterrizar en las ciudades o saliendo de ellas. Es clave en el manejo de cualquier aeropuerto moderno, porque gracias al mismo se puede tener control y saber qué hace cada avión en el espacio aéreo, evitando así cualquier tipo de problemas, particularmente el de las colisiones. Por ello mismo, el decidir cerrar operaciones del Aeropuerto Internaconal de la Ciudad de México solamente habla de la necesidad tecnológica que el mundo moderno nos ha impuesto.
Referencias: