La nave Curiosity, la cual está investigando el planeta rojo, ha enviado reportes de clima y mediciones de radiación. Usando el REMS (Rover Environmental Monitoring Station – Estación de Monitoreo Ambiental del Rover), construida por el Centro Español de Astrobiología (CAB), el robot nuclear en la superficie de Marte ha tomado medidas de la presión atmosférica, temperatura, velocidad del viento y otrs factores para entender mejor el medio ambiente marciano, con la esperanza de encontrar la posibilidad de que hubiese habido vida antes (incluso ahora), en dicho planeta.
Localizado sobre la cámara MAST del Curiosity, el REMS se construyó considerando que estaría constantemente expuesto al clima marciano. Esto se hizo evidente cuando el 6 de agosto de este año la nave se posó en terreno de Marte y en donde los sensores se dañaron. Desde entonces, el Curiosity ha analizado 20 eventos atmosféricos para construir una visión detallada del clima marciano en el Cráter Gale.
Marte es un planeta por demás extraño y muy desagradable cuando hablamos del clima. Debido a que su atmósfera es solamente de una centésima con respecto al de la Tierra, el clima tiene ciclos dramáticos cada día en la medida que cambian las estaciones marcianas. Las temperaturas pueden varias de -128 grados centígrados durante la noche polar a 27 grados centígrados, a medio día, en el ecuador (en el verano).
Este contínuo calentamiento y enfriamiento produce lo que se llama “olas térmicas” – la atmósfera se expande por el efecto del calor y es 30% más grande que la atmósfera cuando se hace de noche. Este fenómeno viaja por todo el planeta como una ola y de ahí el nombre. La diferencia de presiones causadas por estas olas son espectaculares. En la Tierra, tales cambios se ven solamente cuando hay huracanes, pero la fina atmósfera de Marte hace que sea sólo detectable con instrumentos.
La presión en el aire de Marte cambia con las estaciones. En la medida que el dióxido de carbono se evapora de la capa sur de hielo, en ese hemisferio, la primavera se convierte en verano. Todo esto es parte del trabajo que el Curiosity está haciendo en su búsqueda de vida pasada o presente en el planeta rojo. Los cambios en la densidad del aire afectan otros factores tales como la cantidad de polvo en el aire -en la medida que el aire se expande tiende a ser menos denso, permitiendo más radiación cósmica y de rayos ultravioleta. Este tipo de radiación minimiza las posibilidades de hallar vida, al menos en la superficie de Marte. Esto puede afectar a futuros exploradores que quieran visitar el planeta en misiones tripuladas. Por esta razón, monitorear los niveles de radiación es de particular importancia.
Un desarrollo en el monitoreo que está haciendo el Curiosity es la detección de vientos en espiral, también llamados “demonios de viento”. Han sido vistos por otras naves de la NASA en Marte y desde las órbitas incluso. El Curiosity ha detectado esto por breves cambios de presión, dirección del viento, radiación ultravioleta y temperatura en la vecindad. Los científicos de la misión, en el Jet Propulsion Lab (JPL) en Pasadena, California, creen que la ausencia de polvo fino capturado por los demonios de viento es las razón por la cual no se han visto. “El polvo de la atmósfera tiene un rol importante en la manera en como el clima de Marte está moldeado”, dice Manuel de la Torre, del JPL. “El polvo tomado por los demonios y las tormentas de polvo, advierten a la atmósfera”.
Otro enigma que ha sido estudiado son los vientos en la vecindad del Curiosity, el cual tiene una dirección principalmente de este a oeste. Los científicos del JPL creen que esto puede deberse a la forma del Cráter Gale. El siguiente video -del JPL- da más detalles del monitoreo del clima y la radiación que el Curiosity ha monitoreado.
Referencias: