Muchas veces, para tratar de definir el rostro de un criminal, se usa la técnica del retrato hablado. Algún testigo afirma que vio al delincuente y entonces un artista va haciendo un bosquejo de cómo puede ser el maleante. Desafortunadamente no siempre es fíable esta técnica. En muchas ocasiones un delito puede ser visto por testigos y cada uno de ellos tener una visión diferente de lo que pasó. Digamos que de alguna manera el cerebro de cada testigo interpreta la realidad de lo observado y en ocasiones -muchas- no coincide con la realidad.

Sin embargo, ahora hay una nueva técnica forense llamada ADN fenotípico y se basa en el ADN precisamente, el cual puede ser encontrado en una gota de sangre, en la saliva, etcétera. Con ello se puede crear un rostro simulado basándose en los marcadores genéticos. Y aunque la ciencia todavía tiene mucho que hacer en esta disciplina, ya hay compañías en los Estados Unidos que producen dibujos y bosquejos de delincuentes basándose en este tipo de técnicas para ayudar así a los departamentos de policía.

Uno de los líderes en esta rama de la investigación forense es Mark Shriver, de la Universidad Estatal de Pennsylvania. En un estudio publicado en PLOS Genetics, el equipo que dirige detalla el proceso de bosquejos a través de esta técnica del ADN. Primero se compila una lista de mutaciones genéticas conocidas que pueden causar deformaciones faciales y craneanas. Debido a estos genes, en sus variaciones normales, podrían darnos un «look» en particular. Con estos marcadores, los investigadores compararon los perfiles genéticos de las personas con una colección vasta de rostros para descubrir los detalles, a través del contraste, en donde las variaciones genéticas parecen trabajar. Por ejemplo, el gen responsable para el labio podría expresarse diferente en alguien con labios más gordos que alguien que tiene labios muy delgados.

Después, los investigadores escanean las mismas caras para construir un mapa 3D facial con 7000 coordenadas. Combinando los datos genéticos con los datos del mapa, los investigadores podrían ligar los marcadores genéticos con los atributos faciales para así hacer un algoritmo predictivo. La técnica puede, según los investigadores, predecir la forma de la cara, de los ancestros, la forma de los ojos y el color de cabello y piel.

Sin embargo, esta investigación aún está en pañales. En sus artículos, el equipo de Shriver dice que el análisis genético que hacen explica solamente 23% de las variaciones en las caras. Sin embargo, siguen refinando sus técnicas las cuales, en un futuro, podrían construir rostros más precisos. Por el momento los datos genéticos del ADN no parecen dar resultados muy confiables, pero en estos asuntos de investigación policiaca es mejor algo que nada.

Un problema adicional es que el hacer perfiles -de la naturaleza que sea- a partir del ADN podría estar violando las libertades civiles y van en contra de la Cuarta Enmienda, la cual protege a todos los individuos en los Estados Unidos de búsquedas poco razonables. Todas estas tecnologías tienen pros y contras, y en la medida que se van perfeccionando, nos vamos enfrentando a temas que ni siquiera habríamos considerado en el pasado.

Referencias:

Discover Magazine