Probablemente las supercomputadoras sean un nicho de mercado muy pequeño, pero sin duda, uno de los más redituables. Evidentemente los clientes son instituciones educativas, gobiernos, empresas de alta tecnología, las cuales trabajan en problemas muy complejos, como el clima, en donde los modelos que simulan este tipo de eventos requieren de equipos muy rápidos, con muchísima memoria, y con un desempeño de muchos teraFLOPS. En este sentido, China parece estar a la cabeza de este mercado, triplicando su presencia en el mismo.
En la última lista TOP500, la cual se publica cada seis meses y en donde se pone el análisis de las 500 supercomputadoras más poderosas, muestra que China triplicó el número de supercomputadoras o de sistemas de alto desempeño. Curiosamente, los Estados Unidos han caído a su nivel más bajo desde que la lista empezó a compilarse, en 1993. El reporte indica además que China se ha coinvertido rápidamente en un serio fabricante de computadoras de alto desempeño con vendedores «múltiples», los cuales están ahora mucho más activos.
En el primer lugar de la lista se tiene a la computadora china Tianhe-2, la cual es hoy por hoy la supercomputadora más rápida del planeta. Fue desarrollada en la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa de China. La máquina está ubicada en el Centro Nacional de Supercomputación en Guangzho (NSCC-GZ). Tiene un rendimiento de 33,86 petaFLOPS (33,860,000,000,000,000 operaciones de punto flotante por segundo), y en teoría, podría alcanzar los 54.9 petaFLOPS.
Tianhe-2 Está equipada con 16,000 nodos, cada uno con dos procesadores Intel Xeon IvyBridge E5-2692 (12 núcleos, 2,2 GHz) y tres procesadores Intel Xeon Phi 31S1P (57 núcleos, 1,1 GHz), cuya combinación da un total de 3.120.000 núcleos de computación. Es capaz de almacenar 12,4 PetaBytes. La memoria del sistema es de 1,375 TiB (1.34 PiB) y utiliza el sistema operativo Kylin Linux.4 5 Su costo es de entre 200 y 300 millones de dólares.
La segunda máquina en la lista es la Cray XK7, en un sistema llamado Titán, el cual está instalado en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge, del Departamento de Energía de los Estados Unidos. Curiosamente, Gran Bretaña no tiene un solo sistema de alto rendimiento entre las diez primeras máquinas.
Referencias: