Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte han logrado crear células inmunes «inteligentes» capaces de producir y liberar en el cerebro una proteína que repara los efectos de trastornos neurológicos como el Parkinson y que además enseña a las neuronas a producirla por si mismas para su autocorreción.

Las células inmunes modificadas genéticamente son macrófagos que se encargan de producir el Factor Neurotrófico Derivado de células Gliales, o GDNF, y de liberarlo en el cerebro, una proteína que suministra protección a las células nerviosas además de sanar y estimular el crecimiento de las neuronas dañadas.

La Enfermedad de Parkinson es una patología que afecta al sistema nervioso en el área encargada de coordinar la actividad, el tono muscular y los movimientos. En estas areás afectadas las neuronas que producen una sustancia química llamada dopamina mueren o no funcionan adecuadamente.

La dopamina es un mensajero químico que se encarga de establecer comunicación entre neuronas y es responsable del control del movimiento. Es una molécula químicamente inestable y se oxida con facilidad, lo que representa una gran limitación en el desarrollo de tratamientos. En la actualidad, un precursor de esta molécula (L-DOPA) es utilizado como pieza angular. Sin embargo, con el tiempo este medicamento pierde eficacia y causa efectos adversos.

«En la actualidad, no existen tratamientos que puedan detener o revertir el curso de la enfermedad de Parkinson. Sólo hay terapias para hacer frente a la calidad de vida, como el reemplazo de la dopamina», dijo Elena Batrakova, responsable de la investigación.

«Sin embargo, los estudios han demostrado que la entrega de factor neurotrófico en el cerebro no sólo promueve la supervivencia de neuronas, sino que también invierte la progresión de la enfermedad de Parkinson. Sin embargo estos macrófagos modificados, además pueden «enseñar» a las neuronas a producir la proteína por si mismas», añade la investigadora.

Esto tiene lugar gracias a que les proporcionan las herramientas e instrucciones necesarias, como ADN, ARN mensajero o los factores de transcripción. “Si se cumple con éxito el tratamiento en el cerebro, este resultará clave para el éxito de esta terapia de GDNF”, afirma Batrakova.

Además, los macrófagos reutilizados son capaces de penetrar la barrera hematoencefálica, algo que la mayoría de los medicamentos no pueden hacer. Las células reprogramadas viajan al cerebro y producen pequeñas burbujas llamadas exosomas que contienen GDNF. Estas células liberan los exosomas, que después son capaces de entregar las proteínas a las neuronas en el cerebro.

«Al enseñar a las células del sistema inmunológico a producir esta proteína protectora, aprovechamos los sistemas naturales del cuerpo para combatir enfermedades degenerativas como la enfermedad de Parkinson».

Actualmente la terapia se ha probado con éxito en ratones, pero sin duda es un significativo avance hacia un posible tratamiento contra diversas enfermedades neurodegenerativas.

Referencia: PLOS ONE